Exiliados cubanos amparados bajo las banderas de Cuba y Estados Unidos que flamean juntas en la popular Calle Ocho, aseguran que el retiro de Raúl Castro de la silla dictatorial no significa un cambio en la Isla ni en su modelo político.
Según detalla el portal La Nación, algunos consideran la transición como una especie de “pantalla” y aseguran que los Castro son una “enfermedad peor que el cáncer”.
“Es una pantalla solamente. Los castro nunca van a dejar el poder, eso es una enfermedad peor que el cáncer”, opina Eduardo Prieto Blanco, de 60 años.
El sexagenario huyó de la Isla cuando tenía 28 años. “Me dejaron sordo del oído derecho, me destrozaron el maxilar y estuve en prisión”, relata.
María Lourdes también recuerda como por pensar distinto no pudo estudiar en la Universidad.
“Eso no es una elección, es un cambio de poder con un dedazo como decimos los cubanos. Eligieron el que quisieron, y todavía a esta altura el pueblo no sabe quién los va a gobernar”
La Pequeña Habana parece un pedazo de Cuba arrancado y puesto en Miami, pero sin socialismo y sin Castro. Allí miles de exiliados comparten testimonios, habanos, juegos de dominó y su desprecio por el régimen que los expulsó de sus tierras.
Ramón Raúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia, le envió una carta al dictador Castro para que en el ocaso de su vida se abra a la sociedad cubana dentro y fuera de la Isla y busque un encuentro nacional.
“Después de 60 años de gobierno de los hermanos Castro, sin que nadie en la faz de la tierra consiga aportar un candidato que pueda correr a la presidencia, ahora Raúl va a poner a su sucesor sin que medie el proceso electoral. Queremos una transición democrática y no una sucesión dictatorial. Cambiar de tirano no es ser libre. Queremos reunirnos en una asamblea constituyente para modificar la constitución y que sea incluyente de otras ideologías y no exclusivo de los dictadores en el poder”.
Pese a las exigencia de los opositores y exiliados, el llamado “dedazo” está a pocas horas de consumarse y todo indica que sería la primera vez que un socialista que no se apellida Castro estaría en la silla dictatorial.
Redacción Cubanos por el Mundo