Todo parece ser lento en Cuba. Todos los países del mundo llegan primero a cualquier avance antes y parece ser así por quienes gobiernan. Una muestra de ello es el periodo de preparación al que fue sometido Miguel Díaz-Canel antes de ser designado el nuevo dictador, según reseña Martí Noticias.
Y es que, según las declaraciones de Raúl Castro en su último discurso como líder de la revolución, Díaz-Canel es el único sobreviviente del entrenamiento a relevo, iniciado hace más de 20 años y por el cual resultaron expulsados del Partido Comunista de Cuba (PPC), varios revolucionarios de esa misma generación.
Castro se refiere a varios dirigentes que surgieron de la Unión de Jóvenes Comunistas y que luego de ocupar importantes cargos en el gobierno fueron defenestrados por Fidel Castro bajo la acusación de “deslealtad”.
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Tal es el caso de los excancilleres Roberto Robaina y Felipe Pérez Roque, y el ex vicepresidente del Consejo de Estado Carlos Lage Dávila. Díaz-Canel, no asumió cargo importante hasta 10 años después que estos, cuando le fue designada la primera vicepresidencia del Consejo de Estado.
“Con él no cometimos el error de acelerar el proceso. Se buscó darle un nivel de preparación integral y en 2013, supimos que habíamos dado en el clavo”, señaló el segundo de los Castro.
Desde allí inició su mentoreo para ascender a la presidencia, proceso que, “si lo hace bien” llegará hasta 2021 cuando se haga cargo también del PPC, posición que Raúl Castro mantendrá hasta entonces y que deberá entregar en el 8vo Congreso del partido.
“Se ha planificado así y el partido apoyará y respaldará resueltamente al nuevo Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros en todas sus atribuciones”, señaló el dictador.
Límites
Castro anunció que en julio se creará una comisión de la Asamblea Nacional encargada de presentar un proyecto de nueva Constitución, que luego sería sometido a referendo público.
El objetivo es limitar el periodo presidencial a dos mandatos de cinco años cada uno en los altos cargos del Estado y el Gobierno.
De inmediato y para que no se alberguen falsas esperanza de libertad, Castro señaló que con la reforma constitucional “no se pretende cambiar el carácter irrevocable del socialismo ni el papel dirigente del partido” expreso en el artículo cinco del texto.
Advirtió que Cuba y su comunismo no puede “cometer errores”, haciendo referencia a acontecimientos de la historia reciente que, “dieron al traste con procesos importantísimos para la humanidad” y que están pagando varios países incluyendo a Cuba.
Prevención
Esto, sin nombrarlo, tiene que ver con el desplome de la Unión Soviética y el antiguo bloque comunista; así como el retroceso en los gobiernos de izquierda en Brasil, Perú, Nicaragua y Venezuela.
Para prevenir errores en lo económico, deben “planificar bien y suprimir los gastos no imprescindibles”, que según Castro quedan muchos, pero no aclaró si esos gastos están en la cúpula militar que despilfarra los recursos de la Isla o en la población que ya no haya que más hacer para sobrevivir mientras mantiene una dictadura en crisis.
Ante la realidad económica de la Isla, llamó al cubano una vez más a “resistir y resistir”. Y recalcó que Cuba no se encuentra en una situación extrema y dramática. Insinuando que pueden aguantar más años de hambre y necesidad.
Redacción Cubanos por el Mundo