Poco se sabe del sucesor presidencial de Castro, Miguel Díaz-Canel, más allá de su servicio y lealtad al régimen. Su notoriedad comenzó desde el año 2009, gracias a la muerte de Fidel Castro, suceso que llevó a su hermano Raúl a conformar un nuevo equipo de “leales” fuera del círculo fidelista.
Sus primeros pasos en la escalada iniciaron al ganarse la confianza de las Fuerzas Armadas, donde se hizo notar por su ambición política y sumisión. Sin embargo, resulta obvio que Castro sólo designaría a un “leal” previamente “probado”, pero aún así, la figura de Díaz Canel sigue siendo un misterio para muchos, según Cubanet.
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“Se integró a las Fuerzas Armadas por un breve tiempo y debió marchar a Nicaragua en misión político-militar como dirigente de la UJC en su provincia natal, lo cual le ganó la confianza en algunos círculos castrenses donde, según testimonio de exmilitares, comenzó a ser observado por su ambición política pero además por su capacidad de cumplir órdenes sin cuestionar en absoluto”, explica la editorial.
Trayectoria
El fin de la era Castro genera inevitables interrogantes luego de este 18 de abril tras la sucesión de Raúl Castro a Miguel Díaz Canel, donde inició el repliegue de la vieja guardia del máximo órgano representativo del Estado cubano al elegir a un civil para ocupar el cargo que durante 60 años ocuparon los hermanos Castro, ambos militares.
El recién designado presidente, se graduó de Ingeniería Electrónica en la Universidad de las Villas y se dio a conocer por su familiaridad en los métodos de trabajo, así como por el acercamiento al movimiento intelectual y artístico de Santa Clara, una piedra en el zapato por décadas del régimen castrista.
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Los aportes logrados por Díaz-Canel en la creación de espacios para la cultura que sirvieran para distraer la atención sobre aquellos movimientos artísticos, literarios e intelectuales con un discurso discrepante con la oficialidad le valieron la simpatía de escritores y artistas.
“Escritores y artistas a los que no les importaba ser manipulados con tal de ganar un nombre en el controladísimo circuito de promoción del régimen”.
Fue así como poco después, en 2009, comenzó el ascenso vertiginoso de Díaz-Canel.
“Un sujeto que, de no haber llegado Raúl Castro al poder junto con su maquinaria de inteligencia, no hubiera podido aspirar a nada más allá que el Buró Político del PCC donde apenas era uno más.”, asevera el artículo.
Redacción Cubanos Por El Mundo
