Después de 10 años en el poder, el general dictador Raúl Castro, tuvo un gesto de sinceridad con el pueblo cubano y reconoció que “a estas alturas”, se podía haber “avanzado más” en cuanto al desarrollo económico de Cuba, según reseña EFE.
Y lo peor es que justifica el retraso y los errores “al ánimo de avanzar más rápido, que a la capacidad de hacer las cosas bien”.
Al parecer 10 años no son suficientes para iniciar la apertura del desarrollo en Cuba sin que eso implique que el comunismo pierda su poder.
El segundo de los Castro, entregó hoy el cargo de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros al ingeniero de 58 años Miguel Díaz-Canel, no sin antes dar un discurso de más de una hora frente a los 605 diputados que conforman la Asamblea cubana.
“Pensábamos que a estas alturas habríamos avanzado más, que ya tendríamos, si no resueltos los problemas, bien organizado todo, bien planificado y en proceso de ejecución, con diferentes grados de desarrollo”, señaló Castro.
El hombre que no prometió ningún cambio en el área política, ni en cuanto a respetar los derechos humanos y libertades; sí lo hizo en el área económica, una expectativa que persisten en los cubanos debido a la perpetua crisis a la que han tenido que sobrevivir.
Intenciones
De sueños no se vive dice el refrán. Y ese es el que aplica completamente a los lamentos y frustraciones del que seguirá siendo primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC).
RELACIONADA: Raúl Castro presentará proyecto para una nueva Constitución en Cuba
Puntualizó en dos puntos álgidos de la economía en los cuales se dio un avance deficiente o se incumplieron los planes.
El primero la unificación monetaria y cambiaria, anunciada desde 2013 y que ahora será un “dolor de cabeza” para el nuevo dictador.
En segundo lugar, la intención de continuar impulsando el sector privado, sobre el cual desde el año pasado han aumentado las presiones y trabas gubernamentales, a solicitud del Partido Comunista.
Castro mantiene que el régimen no renuncia a la ampliación de la empresa privada o como se le conoce en Cuba, del “trabajo por cuenta propia”, puesto que, según señaló, “lejos de significar un proceso de privatización neoliberal de la propiedad social, permitirá al Estado desprenderse de la administración de actividades no estratégicas”.
Anunció que proseguirá “el experimento de las cooperativas no agropecuarias”, una de las modalidades de trabajo privado más extendidas.
RELACIONADA: Raúl Castro, 10 años de reformas económicas deficientes e inconstantes
Por otro lado. también reconoció el retraso en la “reforma salarial y de pensiones, así como la supresión de gratuidades indebidas y subsidios generalizados a productos y servicios”.
“Nunca nos hicimos ilusiones de que sería un camino corto y fácil”, señaló Castro, al tiempo que reconoció que no están en la capacidad de tener el control de la “conducción, desarrollo y seguimiento” de las medidas.
Nuevo comienzo
Ahora Castro cree que los últimos 10 años han servido para que el régimen aprenda de los errores cometidos y adquiera experiencia para “continuar a paso más seguro y firme, con los pies y los oídos bien pegados a la tierra y así evitar retrocesos inconvenientes”, o lo que es lo mismo, seguir echando tiros al aire a costa del hambre del pueblo.
El dictador volvió a pedirle al pueblo que resista, porque Cuba no está hoy “en una situación dramática” y el deber de los revolucionarios es prepararse para la peor de las variantes, no para la más cómoda”.
¿Con esta visión de los hechos, qué le espera al pueblo cubano?
Redacción Cubanos por el Mundo
