Para la mayoría el suicidio representa realizar una acción en contra de su propia vida. Para Luis Manuel, el suicidio es no hacer nada para recobrarla. Ese balsero cubano se lanzó al mar el 23 de marzo de 2016 porque está seguro que quedarse en su pueblo Aguacate, ubicado en la provincia de Mayabeque; representa un suicidio.
Luis Manuel tomó una balsa y desde Herradura, Consolación del sur, trató de llegar a Miami, pero los guardacostas lo consiguieron y lo regresaron a la Isla acarreando con las consecuencias de la ilegalidad que representa para el régimen querer ser libre y vivir con dignidad, según reseña Martí Noticias.
“Cuando me veo aquí de nuevo, en este pueblo que no tienen empresas, no tiene trabajo, no tiene nada; pienso que se me fue todo y lo perdí todo. Pero tenía que hacerlo porque quedarte en este pueblo es suicidarte”.
Comentó que desde que la Seguridad del Estado los atrapó se “puso una letra escarlata encima”.
“Ya te conocen y hacia donde tu camines tus opciones limitadas. No tienes trabajo y te conviertes en el niño chiquito que se calla cuando los mayores hablan en la casa. ¿Por qué tienes que resignarte a que tú no puedes ser protagonista de un cambio en tu vida? ¿Por qué te dicen que tienes que esperar a que otra persona lo haga?”.
Partida
A Luis Manuel, además de perseguirlo, lo multaron con tres mil pesos y 120 cuc. A pesar de eso no deja de pensar en irse del país como los innumerables jóvenes que ven la solución en un boleto de avión o una balsa hacia lo desconocido.
DE SU INTERÉS: Policía hace tiros al aire y los jóvenes les lanzan botellas en La Habana
Como él, la mayoría de los jóvenes se han ido para Ecuador, en lancha por Reclamación, con visas de diferentes tipos porque saben que “están perdiendo la juventud”.
“Me gustaría irme del país creo que eso me haría feliz. En otro país, cumplir mi sueño depende de mí, de si trabajé o no, de si me muevo o no, si funciono o no. Pero no me voy a quedar con la duda de si pude cumplir mi sueño y no lo hice”.
Redacción Cubanos por el Mundo