La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) está clara. La sucesión presidencial en Cuba no ofrece ninguna mejora en materia de derechos humanos y democracia a sus ciudadanos. Así lo señaló Edison Lanza, relator especial para la libertad de expresión del organismo, desde Washington.
“Más allá del cambio de nombres, esta idea de que se mantenga un régimen que conculca, que suprime, que controla estas libertades fundamentales, lamentablemente nos hace mantener la idea de que hasta que no se operen cambios profundos y se habilite el ejercicio de estas libertades por parte de los cubanos, no estaremos en una democracia”, explicó a Radio Martí.
El relator destacó la importancia de que “en esta transición, retorne la democracia a Cuba”, que se compone de la necesaria apertura a la libertad de expresión, al derecho a participar en política sin sufrir represalias, la posibilidad de ejercer la crítica y el periodismo independiente y a la posibilidad de “ser elector y elegir”, como elementos centrales del sistema democrático.
LEA TAMBIÉN: CIDH otorga a Eduardo Cardet medidas cautelares
Defensa de opositores
A principio de este mes, la CIDH informó que es responsabilidad total del régimen cubano los daños ocasionados a grupos opositores y pidió compensarlos.
“La responsabilidad internacional del Estado cubano por la violación de los derechos a la libertad de expresión y asociación”, decía el comunicado.
El informe presentado se basa en los casos de Vladimiro Roca Antúnez, René Gómez Manzano, Martha Beatriz Roque Cabello y Félix Bonne Carcassés, detenidos en 1997 y condenados por sedición. Posteriormente, fueron liberados entre el 2000 y el 2002.
Redacción Cubanos Por El Mundo