Los investigadores cubanos no dejan de escarbar en la tierra. Estaban convencidos de que había más información que descubrir con respecto a los aborígenes cubanos y la encontraron, según reseña la prensa oficial.
Se trata de recientes hallazgos arqueológicos, en el asentamiento Playa El Mango, en la provincia de Granma, que cambian la percepción que se tenía de los primeros habitantes de la Isla antes de que llegaran los conquistadores.
Tres investigadores de la Universidad de Winnipeg, de Canadá y 15 investigadores cubanos del Instituto Cubano de Antropología, exploraron el que se considera el yacimiento arqueológico más importante del caribe insular, durante dos semanas.
Exitosamente encontraron varias osamentas humanas, instrumentos rudimentarios y otros objetos, que presumiblemente datan de hace más de 2.000 años.
Ulises González Herrera, doctor del Departamento de Arqueología del Instituto Cubano de Antropología y quien estuvo al frente de la exploración, explicó que, de acuerdo a lo encontrado, los grupos primigenios no solo eran recolectores, pescadores y cazadores, como se pensaba hasta el presente, sino que también tuvieron una agricultura incipiente.
“Ellos sembraron maíz, boniato y otros cultivos. Es algo que podemos saber por el estudio de residuos orgánicos adheridos al sarro de dientes extraídos de los restos humanos”, señaló.
Anteriormente
Estos hallazgos resultan de la continuidad a las excavaciones realizadas en 2015, como parte del proyecto Arqueología de prácticas mortuorias en sociedades aborígenes de bajos niveles productivos en Cuba.
González Herrera detalló que “no hay dudas de que estas poblaciones, conocían los beneficios de ubicarse en los lugares más altos dentro del sistema de lagunas de esta extensa llanura”.
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Señaló que los resultados son parciales y que lo encontrado debe estudiarse a fondo.
Durante las anteriores investigaciones en los últimos tres años se han encontrado cientos de objetos elaborados a partir de huesos de tiburones, conchas, madera o piedra, además de agujas, cuchillos y adornos que empleaban en su cuerpo aquellos antepasados.
Por su parte Armando Yero Masdeu, arqueólogo de la Casa de la Nacionalidad Cubana, otra de las instituciones involucradas en el proyecto, agregó que, gracias al hallazgo, las clasificaciones conocidas de siboneyes o taínos necesitan actualizarse.
“Sabíamos por los estudios previos que habría hallazgos importantes, pero no imaginamos que fueran de esta magnitud. Encontramos más de las osamentas que pensábamos”, señaló Yero.
El yacimiento arqueológico fue descubierto en 1941 por el médico manzanillero Bernardo Uset, experto en arqueología.
Alrededor de 39 años después, fue que se volvió a estudiar superficialmente.
Luego, se emprendió una investigación sistemática que arrojó más instrumentos que investigar durante los años 1986, 2015, 2016 y 2017.
Redacción Cubanos por el Mundo
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