La estatua de la Inmaculada Concepción, la virgen de Santa Clara y patrona internacional de las Damas Isabelinas, desapareció en dos ocasiones en circunstancias muy extrañas desde su inauguración el 12 de mayo de 1957. Los cubanos no vacilan en señalar al régimen cubano como responsable de las desapariciones y los daños ocasionados a la imagen. Según CubaNet.
“La gente fue quitándole la tierra y se vieron sus manos sobre el pecho. Había como una manifestación de personas poniéndole velas y flores de campo en la base. Aquello me impactó mucho. Eso fue cuestión de horas. Después, volvió a desaparecer”, aseguró Armando Valdueza, secretario de servicios pastorales.
La esfinge, tallada en mármol de Carrara en los talleres de Enrico Arrighini e Figlio, casa fundada en Pietrasanta, Italia, desapareció de su enclave a principios de los años 60 sin que nadie supiera de su paradero.
Régimen malvado
Según los vecinos y pobladores de Santa Clara a algunos funcionarios del régimen castrista les molestaba la figura, que consideraron “era cosa del pasado”, por lo que decidieron enterrarla o lanzarla en las zanjas cercanas de uno de los dos ríos que circundan la ciudad, para su reaparición accidental a mediados de los ochenta, cuando un campesino la descubrió enterrada en una zanja.
Ese tipo de acciones sorprenden, aunque no viniendo del régimen castrista, que ya se conoce por su vileza y sus cruzadas anti-fe, persiguiendo a las iglesias, a los cristianos y a toda manifestación que enriquezca la esperanza y a la realización humana, como lo demuestra también su arremetida contra el arte y sus protagonistas en la Isla, por ejemplo.
Hallazgo
Un campesino conducía su tractor en Villa Clara, en 1986, cuando el vehículo impacta con una estructura en tierra. Al acercarse, nota que no es una piedra. Al desenterrar una parte ve a un ángel, y así sucesivamente, descubrió que se trataba de una virgen y pronto salió a compartir con los pobladores lo que había visto.
La gente empezó a llevarle flores y a visitar a la virgen. Un funcionario asistente aseguró en aquel momento que “el régimen se encargará de sacarla”, y así fue.
Fue en junio del año 1995 que el Monseñor Fernando Prego hizo gestiones para tomar posesión de la diócesis de Santa Clara al convertirse en Obispo, poco antes de la venia del Papa. Aprovechó la ocasión para pedir al régimen como único regalo, que regresaran a la Inmaculada, lo que aceptaron las autoridades.
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Uno de los vecinos aseguró que la virgen fue llevada a un taller de Planta Mecánica, donde la usaron “para jorobar cabillas. De ahí su deterioro. Aquello era como una cosa cualquiera y acabaron con ella, en la boca, en los ángeles del pedestal. Estaba como si se la hubiera comido el comején”.
La virgen lucía serias magulladuras pero las autoridades eclesiásticas decidieron dejarla así, con las cicatrices que le provocaron premeditadamente, para que no se olvide.
Redacción Cubanos Por El Mundo
