El total de viviendas dañadas por el huracán Irma en septiembre pasado es de 51.577, según el registro estatal. De ese número, las autoridades han asistido a 24.029 edificaciones en ocho meses, lo que representa el 46% de las estructuras afectadas por el ciclón. Según datos de periódico Vanguardia.
“Hace meses que estoy intentando terminar una ampliación en mi casa, pero cada día los materiales están más escasos. Ni en las tiendas recaudadoras de divisas hay. El cemento está perdido, sin embargo, veo que por otras vías varias personas lo han adquirido y siguen construyendo”, indicó un santaclareño a CubaNet.
Juan Carlos Gómez, director de la Vivienda en Villa Clara, anunció que en los próximos días está prevista la entrega de 10 mil planchas de zinc que serán donadas a los municipios costeros, las zonas más azotadas por el meteoro.
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“En los municipios hay entregado alrededor del 70% de la necesidad de techos. Se pretende cerrar así prácticamente este capítulo en alrededor de 6 municipios”, declaró el funcionario.
Siguen esperando
Entre los muchos afectados por la lenta recuperación de las viviendas se encuentran los residentes de los edificios multifamiliares en Caibarién, a quienes se les prometió la impermeabilización y que pese al transcurrir de las semanas y meses, nunca termina de llegar.
“Cuando llueve el agua corre por las tomas de corriente y los equipos eléctricos se ven afectados, gracias a Dios todavía no ha ocurrido ningún accidente”, relató un habitante del lugar a la prensa oficial.
La falta de insumos en el área de la construcción hace cuesta arriba al ciudadano común en Cuba acceder a estos materiales, en caso de que tenga el dinero para adquirirlo y correr con los gastos de reparar sus viviendas.
Sin embargo, la mayoría de los isleños deben soportar el deterioro de las estructuras a riesgo hasta de su propia vida. En muchos casos, las viviendas “asignadas” no pueden ser modificadas sin la autorización del estado.
Prioridad oficial
Esa lentitud reconstructiva no obedece a la escasez ni a la falta de recursos. Esas reparaciones a cuenta gota sólo afectaron a las zonas residenciales de la Isla, no al turismo ni a los grandes hoteles, los cuales fueron acondicionados en tiempo récord para evitar afectar la visita de extranjeros durante las temporadas vacacionales. Una cuestión meramente de prioridades, no de capacidades ni falta de insumos.
Redacción Cubanos Por El Mundo
