¿Qué es de una revolución que tuvo que asumir como rutina, montar operativos de “prevención del delito” en la concentración anual obligatoria de los trabajadores del Estado? Para aparentar control absoluto, la Seguridad Nacional detiene a los disidentes para que no puedan actuar.
Como resultado se contabilizan cinco activistas de derechos humanos detenidos en medio de las celebraciones del Día de los Trabajadores en La Habana y Santiago de Cuba, según reseña Martí Noticias.
Los cinco participan en la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y son reconocidos por sus repetidas protestas en actos oficialistas.
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Se trata de Alberto de la Caridad Ramírez Baró y sus hijos Alberto Antonio y Leonardo Ramírez Odio, quienes desde el 24 de abril están arrestados.
Lo que alertó a la Seguridad del Estado para que los arrestaran fue una protesta el 26 de julio de 2017, cuando se subieron a la Catedral de Santiago de Cuba y desde allí, con pancartas en mano, gritaban consignas contra el régimen.
Ese evento los puso en la mira del régimen que no deja ninguna posibilidad de que los opositores contaminen el “carácter socialista de la Revolución cubana y el papel del Partido Comunista como fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”.
La Habana
Por otro lado, la policía política allanó las viviendas y se llevó a los activistas Ismael Boris Reñí y Zaqueo Báez Guerrero, coordinador de la UNPACU en la capital. Hasta ahora se desconoce su paradero.
Carlos Amel Oliva, líder juvenil de la UNPACU, aseguró que las fuerzas represivas no presentaron orden de registro ni tampoco dejaron copias del acta ocupación.
“En la vivienda de Zaqueo Báez ocuparon varios documentos y en la de Ismael Boris Reñí ocuparon dos teléfonos móviles y documentos de la organización”, relató Oliva.
Triste ver que para que pueda haber paz, tiene que haber represión. Así se desarrollan las concentraciones oficialistas en Cuba.
Redacción Cubanos por el Mundo
