Miguel Díaz-Canel, recién nombrado “presidente” de Cuba, encabezó el desfile por el Día del Trabajador en la Plaza de la Revolución de La Habana, pero muy cerca de él se encontraba el antiguo dictador, Raúl Castro, a quien se le vio muy pegado al nuevo mandamás.
Según informa la agencia EFE, el mandatario intentó brillar con luz propia, pero la sombra de Castro lo cubrió en todo momento, en un intento por no pasar desapercibido por los asistentes.
Si bien Raúl no ofrecía discursos durante el acto, sino que le daba el “honor” a los líderes sindicales del país, Díaz-Canel decidió mantener la tradición de su antecesor y no dirigió palabras al país.
Tras el discurso auspiciado por el secretario de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), se le dio inicio a la marcha encabezada por el bloque del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte bajo el lema “Unidad, Compromiso y Victoria”.
Los agentes de seguridad y oficiales estuvieron muy atentos para evitar que se repita el incidente del año anterior, cuando Daniel Llorente corrió frente al presidio con una bandera de los Estados Unidos.
En otras ciudades como Santiago de Cuba y Villa Clara también se llevaron a cabo actos para conmemorar el día, aunque desde el gobierno central no se emitieron políticas favorables para los trabajadores.
Redacción Cubanos por el Mundo