La inocencia de Fernando Hernández le produjo su muerte. Con solo 9 años, el niño pensó que sería buena idea esconderse en una secadora de su vivienda en Houston, Texas, pues jugaba con su hermano mayor a las escondidas.
A la final el hermanito lo encontró, pero muerto. Este aviso a su madre, Christina Rodríguez, quien preparaba la cena el pasado viernes por la noche. “Creo que Fernando está muerto” dijo con miedo y ella corrió a la secadora.
El novio de ella lo sacó. Tenía los ojos abiertos y su piel era de color morado. Llamaron al 911 y los paramédicos intentaron reanimarlo pero no pudieron.
“Mi novio lo recogió y lo llevó a la casa. Estaba púrpura. Sus ojos estaban abiertos. Se había ido”, dijo la madre.
Al final lo trasladaron a un hospital cercano donde fue declarado muerto.
Pero, ¿qué sucedió? ¿cómo murió? es una pregunta que a Christina le fue respondida este lunes, cuando el Instituto de Ciencias Forenses del Condado de Harris le informó a la madre que su hijo había muerto electrocutado.
Sin embargo los especialista no especificaron cómo pudo recibir la descargar.
El pasado mes de diciembre, la Comisión de Protección al Consumidor de los Estados Unidos emitió un alerta sobre la cantidad de accidentes domésticos ocurridos producto de los escondites que usan los niños.
“Lo quiero de vuelta en casa. Extraño a mi bebé. Era tan amistoso. Todo el mundo lo amaba. Era el niño perfecto. Él amaba a todos. Sólo quiero a mi hijo de vuelta. Lo quiero de vuelta en casa”, concluyó en la desgarradora entrevista Christina.
Redacción Cubanos por el Mundo
