A finales del mes pasado, las autoridades informaron la caída del turismo en un 7% durante el primer trimestre del año, en comparación con el mismo periodo del año anterior. La meta para este año es la de recibir 5 millones de viajeros, una cifra que aunque parece optimista, en realidad no lo es, según el análisis del periodista e historiador Roberto Alvarez Quiñones.
“Ni hay tal optimismo, ni la oferta turística cubana se puede comparar con la de otros países del Caribe. Ese descenso trimestral sorprendió y alarmó a la cúpula dictatorial, pues ocurrió en la temporada alta, la de mayor flujo de vacacionistas que van al Caribe huyendo del frío en América del Norte, Europa y otras regiones”, señala el analista en Diario de Cuba.
Lo peculiar de este descenso de visitantes en temporada alta, es que según La Organización Mundial de Turismo (OMT), el turismo creció 8% durante ese primer trimestre en casi toda la región.
Transcurrido el primer trimestre, a partir de junio la afluencia de temporadistas en zonas cálidas baja al iniciar las estaciones más esperadas en los países del hemisferio norte, y por eso en dicho período “no hay frío del cual escapar”.
Trabas del turismo
Alvarez está seguro de que en la reducción del turismo nacional nada tienen que ver Irma, ni el embargo de los Estados Unidos. Atribuye el problema a tres grandes trabas derivadas de las malas políticas del régimen.
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La primera es que los turistas que llegan a la Isla no tienen en qué gastar su dinero, la segunda es que más de la mitad de los ingresos son para costear gastos de exportación para mantener al turismo y la tercera, que al transcurrir de los años los costos del turismo en Cuba se han incrementado.
Menos gasto
Por si fuera poco, en vez de aumentar el gasto por turista en Cuba, la cifra está bajando. En 2013 fue de 633 dólares, a diferencia del promedio de 577 registrado en 2017.
“Para empezar, los turistas en Cuba no tienen en qué gastar el dinero. Según datos oficiales, en 2017 en Cuba el gasto por turista fue de 577 dólares. No llegó ni a la mitad del promedio internacional, de 1.250 dólares informado por la OMT”.
Alvarez compara las estadísticas con las de República Dominicana, donde el gasto de cada uno de los 5,9 millones de turistas recibidos en 2017 fue de 1.147 dólares, según datos emitidos por el Banco Central de ese país.
“Antes del castrismo solo La Habana recibía ocho veces más turistas que toda esa nación vecina. Si Fidel y Raúl Castro no hubiesen asaltado el poder en 1959, hoy Cuba estaría recibiendo fácilmente 15 millones de turistas. Tal vez 17 millones, o más, principalmente desde EEUU”, concluyó el historiador.
Redacción Cubanos Por El Mundo
