Al parecer la técnica del cambio de dictador para causar esperanza en los cubanos que desde hace 60 años están esperando las bondades de la revolución, ha funcionado. Los cuentapropistas esperan mucho de Miguel Díaz-Canel y éste por lo visto no está dispuesto a hacer ningún cambio.
Insisten en “se debe negociar en mejores términos” los cambios económicos que suponen un crecimiento en el sector privado, según reseña Diario Las Américas.
Dani, 35 años, dueño de una cafetería al sur de La Habana, manifestó que no se debe condicionar una futura negociación con funcionarios del régimen, hablando de temas políticos.
“Bisnes son bisnes, men. Esta gente del régimen nos soporta, pero no nos tragan. Si además de tener la fuerza de su lado, le exiges democracia y derechos humanos, se trancan como un candado”.
Asegura además que, a los enviados por la dictadura a negociar, hay que entrarles suave.
“Yo creo que ahora con Miguel Díaz-Canel, que por muy comunista que sea es de otra generación, se debe negociar en mejores términos”, supone Dani.
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Nuevos espacios
Dani, cuenta que la ONAT, una institución estatal que rige el trabajo particular, se ha sentado con él y otro grupo pequeño de empresarios emprendedores a escucharlos y tomar nota.
“Eso puede que no signifique nada, pero antes ni te escuchaban y hacían lo que les daba la gana. La Cuba actual, no es la Cuba de los años 80. Ahora hay Internet y el Estado es tan malo administrando los servicios que no le queda otra que abrir nuevos espacios”.
Con tan poco margen para maniobrar que tiene el régimen, Dani cree que los cuentapropistas deben presionar a Díaz-Canel para que instaure nuevas reglas de juego y la futura Constitución reconozca las pequeñas empresas particulares.
“Temeroso, el Gobierno va a tratar de tener más control. Sin gritar, ni alterarse, cuando se hable con los funcionarios se les explica y se les demuestra que están equivocados. Creo que así con el nuevo presidente habrá mayor receptividad”.
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Por su parte Osniel, dueño de un pequeño restaurante y dos cafeterías no es tan optimista, pero coincide con lo planteado por Dani, de que “es el momento de hablar claro con el Gobierno”.
“¿Por qué no se puede tener más de una licencia? ¿Cuál es la cifra de dinero que el Estado considera rico? ¿Por qué no podemos importar alimentos e insumos? Son muchos temas a discutir”.
Manifestó que está de acuerdo con el pago de impuestos, pero éstos deben ser aranceles reales, no utilizarlos para impedir que los negocios crezcan.
“También apruebo que los emprendedores ayuden a la comunidad. Se puede avanzar, si existe buena voluntad, por el bien del país y el consumidor”.
Buena pinta
A Osniel, Díaz-Canel no le da “buena pinta” y le parece “un mediocre”, pero está dispuesto a conversar con él porque es el que está.
“Se debe exigir al Gobierno que, de una vez y por todas, abra un mercado mayorista, pues al subir los precios de los alimentos en el mercado minorista. En caso de no poder crearlo por falta de recursos, que autoricen la importación de alimentos. El Estado debe entender, y no es una amenaza, que, si siguen poniendo frenos, la gente hará las cosas por la izquierda”.
El régimen cubano nunca ha sido conciliador y no ve con buenos ojos el empleo particular.
Ahora habrá que esperar cuál es la voluntad del nuevo gobernante.
Redacción Cubanos por el Mundo