No la publicará ningún medio estatal, pero está en los correos electrónicos de buena parte de los cubanos. Una carta protesta sobre la construcción de la torre de 42 pisos en La Habana, redactada por un especialista, revela que los expertos analizaron el proyecto y negaron dos veces su factibilidad por diversas razones.
Lo llaman el “rascacielos habanero” pero su nombre asignado es La Torre K. Albergará el hotel más alto de Cuba en el centro de la zona capitalina del Vedado, pero llevando al sitio una “enorme pared bloque pantalla levantada sobre la ciudad” y sobrepoblación, según reseña CubaNet.
El escritor de la carta detalla que participó en 2017, junto a otros profesionales invitados, en una reunión en Planificación Física de Ciudad de La Habana, donde Daysi Malvares Moret, Directora de desarrollo del grupo ALMEST, presentó la propuesta de Hotel para 23 entre K y J.
Allí “se les negó la micro localización entre otros factores por sobrepasar la altura del Hotel Habana Libre y no cumplimentar las ordenanzas y regulaciones vigentes para el Vedado”. Se sugirió además que “de no abandonar el área, se llevara la propuesta a 2 Torres de menor altura”, señala la carta.
Ante esas conclusiones, los anfitriones de la reunión les mostraron a los expertos un documento oficial en el que se les indicaba los elementos mismos elementos críticos para la construcción.
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“Era la segunda vez que escuchan los señalamientos. Entonces: ¿Qué papel estábamos interpretando, como profesionales invitados, en esa reunión? Se va a comenzar la construcción del hotel más alto de Cuba, en el mismo sitio y con la misma propuesta de intervención que se les negó en 2 ocasiones. Razón tuvo el comentario de ‘olvídate, esto lo van a hacer de todas maneras’, explica la misiva.
Necesidades
El experto también cuestiona la necesidad de levantar una torre en época de crisis. Y planteado de esa manera, se cuestiona: “¿Hay necesidad de grandes inversiones?”, y responde: “Sí, hay necesidad y necesidades”.
La protesta del especialista deja ver a la torre como una mínima cosa al lado de necesidades como:
- Elevar el nivel general de vida de la población, más allá de los sobrevalorados y hasta maquillados logros en Salud y Educación
- Erradicar asentamientos infrahumanos, barrios, ciudadelas, albergues y casuchas que no responden a condiciones mínimas de habitabilidad humana
- Mejorar la infraestructura técnica y de servicios de las ciudades más allá del embellecimiento puntual de establecimientos, bulevares o plazas
- Garantizar la higiene urbana y del medio ambiente correcta y sistemáticamente
- Permitir la libre contratación, empleo, trabajo y asociación de profesionales y trabajadores como personas jurídicamente acreditadas
- Consolidar la economía. Conocer el capital cubano, cumplir las metas trazadas para cada barrio, comunidad, ciudad, provincia y país
- Impulsar la libertad de expresión en los medios, afianzar el principio de la búsqueda de la verdad, en la confrontación objetiva, clara y precisa de puntos de vista diversos
El profesional está de acuerdo con la estrategia de atraer al inversionista extranjero, pero no de complacerlo fielmente, sino que los negocios se cierren de la manera más conveniente para ellos y para Cuba.
“¿Queremos que esto suceda en La Habana? ¿Que se degrade su imagen? ¿Que se nos ignore como profesionales o ciudadanos? No, no lo deseo: seguir construyendo el futuro implica replantearnos los males del presente y PARAR YA”, concluye el experto.
Redacción Cubanos por el Mundo