Ya no es culpa del embargo económico de EE.UU., ni del reconocido descenso de la producción de alimentos en Cuba producto de los fenómenos naturales, ni mucho menos del impago en las importaciones de alimentos. Ahora los altos precios de los alimentos es culpa de la especulación, según reseña la prensa oficial.
La nueva excusa la refiere el nuevo dictador de Cuba, Miguel Díaz-Canel quien “chequeó en días recientes” la marcha de los programas del régimen en la agricultura, la ganadería, la producción industrial de alimentos y bebidas; sin conseguir fallas aparentes.
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Díaz-Canel contrastó “los altos precios de los productos agrícolas” con los bajos salarios de la Isla y entonces achacó el problema “sobre todo a la especulación”.
“Hoy existe más producción que años atrás y los precios continúan elevados, tenemos que lograr una medida que controle esta situación con efectividad”, señaló el dictador.
Las instituciones, en su rendición de cuentas, aseguraron que actualmente se intenta incrementar las cosechas de bajo riego y la producción de granos como el arroz y los frijoles. A lo que Díaz-Canel pidió que le sumaran otras variedades leguminosas como el garbanzo.
El dictador no desaprovechó la oportunidad de mencionar a su antecesor, Raúl Castro. Recordó que Castro giró la instrucción de “no volver nunca más al estado de deterioro tecnológico” de las industrias productoras de alimentos.
Situación
La deficiente producción local de alimentos es uno de los problemas más importantes que afectan a los cubanos.
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En muchos renglones se reportan volúmenes de producción inferiores a los que se producían antes del triunfo de la Revolución, a pesar de que la población es mayor y de los infructuosos esfuerzos del régimen por producir.
Cuba gasta unos 2.500 millones de dólares al año en importación de comida.
Los problemas de impago a los proveedores por falta de liquidez causan constante desabastecimiento.
Redacción Cubanos por el Mundo