La ruina y miseria impuesta por Nicolás Maduro y su régimen castrochavista en Venezuela también está empobreciendo a los venezolanos residenciados en Miami, quienes ante la inminente crisis se han visto obligados a socorrer a sus familias, enviándoles comida y medicinas cada mes. La ayuda requiere una inversión que va de 100 a 300 dólares como mínimo. Según El Nuevo Herald.
“Trato de hacer un envío, sobre todo a mi abuela que sufre de condiciones médicas y tengo que mandarle aproximadamente tres medicinas. Ya llevo tres años enviándole remedios. Vengo aproximadamente una vez al mes para hacer envíos. A parte de eso trato de ayudarla con comida como arroz, frijoles, pasta y productos no perecederos”, cuenta Héctor Ascanio, un inmigrante venezolano.
Este gasto surgido en los últimos años en el presupuesto de los exiliados venezolanos, desestabilizó a más de un inmigrante que ya lidiaba con el pago de los servicios, el alquiler de un techo, gastos de transporte y hasta de sus propios seguros médicos, entre muchos otros.
Emergencia
Los exiliados aseguran que el desabastecimiento y la hiperinflación de los últimos años hundió por completo la capacidad de sus familiares en Venezuela de cubrir los gastos de la canasta alimentaria y de los medicamentos, muchos de los que no se consiguen ni teniendo dinero para comprarlos.
“Es un sacrificio, pero gracias a Dios toda la familia se ha unido y ellos colaboran conmigo. Ahora tenemos venezolanos en todas partes del mundo y mi familia está en otras ciudades de Estados Unidos y en Italia, así que ellos me ayudan con los familiares en Venezuela”, confesó Ascanio.
Carga compartida
Ascanio agradece a Dios en no ser el único inmigrante de la familia, lo que aminora la carga y entre todos se distribuyen una cuota mensual de la ayuda destinada a su país de origen. Tan sólo el costo por envío es de 100 dólares.
Marcos Benchetrit, director de la empresa finisimo.com, destaca que en los últimos años hubo un incremento en el envío de productos de primera necesidad, casi desapareciendo los paquetes “normales”, que solían ser artículos de lujo como televisores, equipos de sonido y celulares.
“La gente gasta en mandar productos a su familia desde aquí. Esto ha ocurrido de una forma dramática, el cambio es bien impresionante. Ahora prácticamente todo lo que mandamos es comida”, resaltó Benchetrit.
Redacción Cubanos Por El Mundo