La deserción escolar en Cuba tiene mucho que ver con la discriminación sexual. Ser un estudiante homosexual o transgénero ha significado para muchos en la Isla sufrir agresiones físicas, mentales y hasta institucionales, al ser señalados inclusive por maestros y profesores.
Según un estudio realizado por entes estatales el mayor índice de deserción escolar por esta causa la sufren lesbianas y personas transgénero. Según Agencias.
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“Las víctimas alegaron que la decisión estuvo vinculada con las situaciones de violencia de las que fueron víctimas en el espacio escolar, una vivencia que predominó entre personas trans y mujeres lesbianas”, refiere la agencia oficial IPS.
La investigación la realizó el estatal Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) en el marco de la oncena edición de las Jornadas contra la Homofobia y la Transfobia, en la cual se encuestó a 90 personas provenientes de La Habana, Villa Clara y Santiago de Cuba.
El mayor número de deserciones ocurre tras culminar el bachillerato, alrededor de los 16 años.
Violencia
La violencia por ser homosexual o transgénero convierte la vida de muchos estudiantes en una pesadilla. Los baños y albergues son los espacios que se usan con frecuencia para acosar y agredir a las víctimas. La violencia no sólo incluye golpes, sino también ser ignorado, burlado y hasta el robo de pertenencias.
“Las redes de apoyo dentro de la escuela fueron prácticamente inexistentes, observándose una tendencia a normalizar las situaciones de violencia” dice la investigación.
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Complicidad
El silencio de las autoridades escolares y docentes, los hace cómplice de los abusos, justificando muchas veces las agresiones y atribuyendo la “culpa” a la víctima.
Ante muchos de los problemas presentados por la intolerancia escolar las autoridades optan por el cambio de régimen de estudios o en el aislamiento de las víctimas, obviando sanciones para los agresores.
“No hay ningún lugar del ámbito escolar que escape del fenómeno” dice el estudio.
El único apoyo que se pudo apreciar hacía los afectados proviene del estudiantado.
Apatía
Las conclusiones arrojadas por el trabajo de CENESEX se limitó a sugerir a las autoridades que fortalezcan la supervisión de los lugares de mayor prevalencia de la violencia homofóbica y transfóbica y a fortalecer las organizaciones juveniles que sirven como red de apoyo.
Una investigación que seguramente ya cumplió con su fin de aparentar la preocupación del régimen por la equidad de género, la misma que se aparenta al marchar de vez en cuando en defensa de la comunidad LGTBI.
De ser serias las intenciones, o esa preocupación oficial, la investigación vendría con propuestas concretas y sus alcances, para exigir se cree un marco institucional sólido para hacer escuelas más inclusivas y formar docentes menos sectaricos. De ser seria.
Redacción Cubanos Por El Mundo
