¿Solidaridad? Sí. Pero primero activan la cámara del teléfono para grabar un vídeo. Así actuaron un grupo de cubanos durante el accidente aéreo en La Habana. Por causas aún no establecidas un Boeing 737-200 se estrelló quitándole la vida a 107 personas, según reseña Martí Noticias.
En el sitio, a 10 kilómetros del Aeropuerto Internacional José Martí, aún están las cintas amarillas. Decenas de especialistas incluyendo militares visitan el lugar para hacer experticias. Pero los cubanos ya saben todas las historias.
No necesitan violentar las señales de alto en los accesos a la línea de ferrocarril y campo agrícola donde sucedió el desastre, para conocer los hechos. Los cuentos ruedan rápido donde existe la cultura del morbo.
“El avión pasa por encima de los árboles. Iba soltando un humo negro y se mecía de un lado a otro como un juguete roto. Cuando cayó se sintió un vapor de fuego y un estruendo atronador. Me mandé a correr, pensé que aquel bicho iba a explotar”, contó Luis Antonio, un tunero residente del reparto Mulgoba.
Como él varios testigos del hecho que, antes de lanzarse al sitio para tratar de ayudar a alguien, captaron todo con su memoria o con su teléfono. Pero eso no es lo peor, hay quienes se metieron al área para “hacer leña del árbol caído” robando las pertenecías de las víctimas.
Sin novedad
Al parecer, buena parte de los cubanos son así. Leidis, maestra de primaria, recordó que hace dos o tres años, una joven fue alcanzada por un tren cerca del Café Colón, en Arroyo Naranjo.
“En vez de auxiliarla, mucha gente a su alrededor estaba filmando. Hace poco, un hombre tuvo un infarto en la calle y se formó tremenda molotera, pero no para ayudarlo, sino para tirar fotos o hacer vídeos”.
Por las primeras imágenes trasmitidas por la televisión nacional y otras que circulan por las redes sociales, decenas de personas contaminaron la zona del accidente.
“La respuesta policial fue algo lenta. Incluso, gente que intentaba ayudar a personas que estaban con vida, por su desconocimiento en primeros auxilios, cargaban a los heridos de manera inadecuada”, señaló Pedro, un custodio de un taller de reparaciones automotor ubicado relativamente cerca de donde cayó el avión.
Según reseña, los que llegaron más rápido fueron los bomberos, quienes tienen una base en el propio aeropuerto.
“También enseguida llegaron dos ambulancias, pero creo que los sanitarios no estaban preparados para ese tipo de accidente. Si hubieran llevado a los accidentados directamente para el Calixto García y no para el Hospital Nacional, que no cuenta con todas la condiciones, quizás se hubiera salvado alguna otra vida”.
Cubana de Aviación hace rato está bajo lupa. Retrasos en los vuelos, aviones deteriorados y hasta mala atención. Pero ¿quién le pone coto al morbo de los cubanos?
Redacción Cubanos por el Mundo
