Escribe con un corazón encogido, pero con la mano firme. Sin muchos adornos, crea la justa letra cursiva que destaca lo especial de la ofrenda. Carlos Parra, calígrafo autodidacta, imprime manualmente la frase: Del pueblo de Cuba, en las coronas gratuitas a las víctimas del accidente aéreo, según reseña EFE.
Girasoles, claveles, margaritas y rosas, casi todas rojas; se encuentran en una estructura. Esperan la cuidadosa dedicatoria de Parra, para luego juntarse a las diferentes urnas. Holguín perdió a 68 hijos en el siniestro, que además les arrancó la vida a 43 personas más.
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Parra alista dos rotuladores negros y escribe con soltura los “encargos que no hubiera querido hacer nunca”. Se sienta en la misma mesa de cemento donde se fabrican los adornos florales en la azotea de la funeraria “Los Álamos”. Ofrenda también su caligrafía que recibió como “herencia familiar”.
“Cuando era profesor siempre me pedían que personalizara los diplomas de graduación de los alumnos. Por eso cada vez que hay una corona a un mártir por una celebración histórica, me piden que lo escriba en las cintas. Esta es la primera vez que estoy involucrado en una historia como esta”, explica.
Involucrados
El avión que cubría la ruta nacional La Habana-Holguín se estrelló llevándose la vida de 111 de las 113 personas a bordo. De ellos, 100 eran cubanos.
“Nunca había ocurrido un accidente de tal magnitud en la que tantas personas de Holguín estuviesen involucradas y por supuesto ha sido impactante”, agregó.
Parra interrumpió su actual trabajo como técnico de informática, para escribir dedicatorias una tras otra. La corona que preparan es “una ofrenda floral gratuita que se le pone en nombre del Pueblo de Cuba a esas personas que lamentablemente fallecieron en el accidente”, aclara.
Escribió la dedicatoria a la corona de la niña Alexa, una de los cinco menores que murieron. Las del del matrimonio evangélico de María Salomé y Eduardo David, entre las diez parejas pastorales fallecidas. “Hasta ahora he escrito 25 dedicatorias”, cuenta.
“Lo hago con la mayor delicadeza, con el mayor cuidado. Es la manera que tengo también de homenajear a todos esos fallecidos”, insistió. Para el calígrafo aficionado es “un honor y al mismo tiempo una tristeza”.
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Redacción Cubanos por el Mundo
