Los cubanos siguen creando y contando historias en cada rincón del mundo, en busca de su libertad. Muchos de los migrantes prefieren atravesar un continente completo a través de “mulas” o “coyotes”, exponer sus vidas atravesando ríos y selvas, acampar en refugios fronterizos y todo lo que sea necesario para no volver a Cuba, donde la miseria asfixia su dignidad y los deseos de vivir mejor.
Diosdado Soto, un cubano migrante que salió hace cuatro meses de su hogar en la Isla, es un vivo ejemplo de los sacrificios que hacen los cubanos para escapar de la prisión en la que se convirtió su país hace 60 años. Estando en Colombia, salió el pásado sábado rumbo a Panamá, a través de la selva, con dos mudas de ropa y comida enlatada, evitando ser deportado. Según Noticias Caracol.
“Es muy difícil pero no imposible. Llevo 200 dólares, por si cualquier evento malo que pueda suceder no cargar tanto dinero”, dice desde Turbo, Antioquia, poco antes de zarpar rumbo a Panamá, donde cruzará la selva de Darién junto a 90 cubanos.
LEA TAMBIÉN: Tras cruzar la selva panameña durante seis días, cubano teme ser deportado
Medio siglo
Diosdado, lleva toda su vida anhelando salir de la Isla donde ha vivido sus 51 años, y donde deja a sus padres y a dos hijas. Una de ellas confesó entender las razones que motivan a su padre a emprender el peligroso viaje.
“Estoy triste pero esa fue su decisión, porque a sus 51 años no se siente realizado estando en Cuba y busca prosperidad”, dijo una de las jóvenes.
Roberto Soto, padre de Diosdado, pidió a su hijo desde Cuba no cruzar la selva por considerarlo demasiado arriesgado.
“No vale la pena meterse en la selva a arriesgar la vida, si hay otra posibilidad”, expresó el anciano temiendo lo peor.
Espera angustiosa
Para Diosdado si vale la pena y está dispuesto a sortear cada obstáculo que pueda aparecer en su camino por la espesa selva panameña, donde el mes pasado se conoció la desaparición de dos madres africanas con sus hijos.
Ahora la familia Soto vive horas y días de ansias e incertidumbre, sin sospechar lo que pudiese estar viviendo su pariente, movido por su impetuosa necesidad de libertad. Sólo les resta esperar una llamada o un mensaje de Diosdado, que calme sus nervios.
Otro cubano que expone su vida por no tener la posibilidad a una vida próspera y llena de oportunidades que les fue arrebatada en Cuba por el régimen castrista tras décadas de destrucción y atraso.
Redacción Cubanos Por El Mundo