El régimen se lava las manos. La más grande catástrofe aérea registrada en Cuba en los últimos 30 años, ocurrida el fatídico 18 de mayo tras estrellarse el Boeing 737 arrendado por Cubana de Aviación, no tiene responsables gubernamentales, según las declaraciones oficiales. Una vez más, el discurso se contrapone a las sobradas evidencias y a las sustentadas sospechas.
La cobertura dada por la prensa castrista a un suceso de tanta magnitud, da asco, y no su parcialidad política acostumbrada, sino más bien por su distanciamiento a la dimensión humana de la tragedia, por desentenderse de la necesidad de verdad y de justicia que tienen las familias de las víctimas, compartida por todo un país.
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“Me avergonzó la cobertura periodística de los medios de comunicación del Estado sobre el suceso. Me abochornó. Locutores impasibles comentando una noticia desoladora, periodistas témpanos, alienados y robóticos. El día del siniestro el valor noticia no fue el siniestro en sí, sino que el presidente de estreno, Miguel Díaz-Canel, se encontraba en el lugar de los hechos, algo que es absolutamente normal en cualquier parte del mundo” señala Jorge González Vásquez, para Diario de Cuba.
El articulista critica las entrevistas realizadas a familiares de las víctimas por una periodista oficial, esposa de un alto militar, en el Hospital Calixto García, quien no mostró el más mínimo interés por el sufrimiento y la tristeza de los parientes, sino en cumplir las funciones asignadas.
“Con la clarísima intención, con la aguerrida encomienda de advertir a la comunidad internacional (y seguir adoctrinando a la nacional) que los afectados estaban siendo atendidos por las autoridades del Gobierno, vendiéndolo como un logro más de un sistema ‘generoso’ y ‘magnánimo’”, asegura González.
Mentiras
Las mentiras de Díaz-canel son por poco, macabras, dándole énfasis a lo político, como siempre. Un régimen que pase lo que pase, mira a sus intereses y actúa para preservarlos. Su mirada sentida no está en la muerte de un centenar de personas, hijos, madres, esposas, profesionales, niños; no, sólo en cuidar lo que si consideran suyo y propio, el poder.
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“Me enfureció Díaz-Canel en la televisión nacional asegurando que Cuba responde a estos desastres mejor que otros países, al tiempo que yo recibía fotos y vídeos que evidencian justo lo contrario. Cuba no está en absoluto preparada: caos, dos camiones de bomberos equipados con mangueras caducadas y unos pocos muchachos inexpertos que tardaron una eternidad en llegar y se quedaron sin agua y refuerzos a mitad de la extinción del incendio; confusión durante horas; falta de profesionalidad, organización y medios, que ya se encargará de justificar el ministro de Transporte” relató el analista.
Responsabilidad
Para González “el verdadero drama” es saber si ha habido negligencia como sugieren las pruebas, y si los muertos pudieron evitarse, al igual que las miles de decenas de muertes que ocurren cada año en accidentes de tránsito en el país, sin que hayan medidas reales ante el problema.
“El verdadero drama es saber si ha habido negligencia como sugieren las pruebas, las de estos y los de cada semana en las carreteras cubanas por las condiciones del transporte y la ausencia de inversión, los de cada día en accidentes laborales por una inexistente seguridad en el trabajo o por tener que habitar sitios a punto de derrumbe”, lamenta.
Redacción Cubanos Por El Mundo
