Los almendrones no es lo único que llama la atención en La Habana. Cada vez son más los casos de familias que deciden vivir en la calle por temor a que el edificio o la casa donde viven se les venga encima por el deterioro que padecen.
Tal es el caso de la familia de Iraida Alberto, una habanera que se resignó a estar en el portal de su casa junto a sus nietos, ya que el Estado cubano no le da una respuesta clara a su situación.
“Este edificio tiene 23 derrumbes parciales. Encima de nuestra casa viven ocho familias, aunque algunas se han ido a albergues”, contó Iraida al portal 14ymedio.
La cama está en medio del portal, ahí pernoctan día y noche, esperando que algún funcionario se apiade de ella y le ofrezca solución.
La mujer es abuela de una niña de cuatro años y otra de dos meses de nacida. Algunos vecinos le han tendido la mano y permiten que las menores duerman en sus casa, pero la situación es desesperante.
“Aquí no han venido el Gobierno ni el Partido (Comunista)”, dijo.
Para llamar la atención, sacó sus enseres a la calle, bloqueando el paso y exigiendo una respuesta rápido, pero lo único que recibió fue advertencia y malos tratos por parte de la policía que en cuestión de minutos llegó al sitio para levantar la protesta.
La respuesta de los uniformados fue insólita. “Los policías exigieron a Iraida que no alterase el orden y se quedara en el portal, donde no hay tráfico” cuenta el diario digital.
En Cuba hay un déficit habitacional de 800 mil viviendas. Por otra parte y según cifras oficiales, por lo menos un tercio de las viviendas posee un estado constructivo de regular a malo.
Redacción Cubanos por el Mundo
