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En Cuba si hay salarios, comida y transporte para los proyectos dedicados a Fidel

Un periodista castrista pide a exiliados cubanos no opinar sobre la miseria en Cuba
Pobreza cuba/Captura de pantalla

La veneración a Fidel Castro por parte de la élite gubernamental no se mide ni detiene en miramentos cuando de eternizar a su líder revolucionario se trata.

No importa cuántos niños van a la cama sin comer en el país, ni cuán bajos son los salarios de quienes producen los alimentos a nivel nacional, tampoco la anarquía por falta de transporte público, lo que sí mueve al régimen cubano es poder desarrollar proyectos sobre la Moringa y cualquier tópico que realce el legado del difunto comandante.

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“Nos dan una buena merienda y comida de calidad. Tenemos todo garantizado, incluido un transporte que nos lleva y nos trae a la casa. El salario es de casi dos mil pesos al mes”, dice un trabajador de una finca experimental donde Fidel investigó la planta, al oeste de La Habana.

El analista Iván García Quintero, en su publicación para Martí Noticias, señala el injusto contraste que existe en el trato dado a los trabajadores incluidos en labores concernientes a la Fidel, con el resto de productores y empleados en todo el país.

“Al contrario de los campesinos y trabajadores de cooperativas agropecuarias, la mayoría con deudas financieras al banco y baja productividad, los delirantes planes de Fidel Castro tienen un presupuesto garantizado”.

En todo

Joel, un joven académico amante del rap y el baloncesto, estudiante del Instituto de Investigaciones de la Industria Alimenticia, le fue impuesto el tema a desarrollar en su tesis de grado, “sugerido” por sus tutores.

“En un principio, mi tesis sería sobre métodos menos nocivos para la salud humana en la elaboración de ahumados. Pero mis tutores me pidieron que enfocara el proyecto en la moringa y la morera, pues del Ministerio de Educación bajaron la orientación de que un buen número de investigaciones y tesis de grado reflejaran la impronta de Fidel en las distintas esferas de la sociedad. Un fastidio, porque a mí la moringa y sus propiedades no me interesan”, se lamenta Joel.

Fanatismo

Un profesor universitario llamado Reinaldo, lamenta que el régimen castrista invierta tantos recursos en perpetuar un legado hueco, que sólo incidió en la destrucción de todo lo que existía y era productivo en Cuba.

“El castrismo no es una filosofía. Tampoco una ciencia política. Solo discursos y promesas, la mayoría incumplidas. Es una incongruencia que año y medio después de su fallecimiento, las instituciones del Estado agasajen a quien provocó el desguace nacional”, critica el docente jubilado.

Mientras que María Luisa, profesional de ciencias políticas, considera que lo más triste es tener que afirmar y asumir posturas que no son sentidas.

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“Lo más dañino es la simulación. Decir cosas que uno no siente o tener que aplaudir a la persona que ha sido culpable del desastre nacional”.

Redacción Cubanos Por El Mundo

Written by Karelis García

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