El régimen, en construcción de viviendas, anda para atrás como el cangrejo. Este es el año número 11 que las cifras en vez de ir en aumento, descienden. Sólo para tomar un ejemplo, en 2017 se construyeron un total de 21 mil 827 viviendas, lo que equivale a 279 menos que el 2016, según reseña Cubanet.
Según información de la Oficina Nacional de Estadísticas, sacando las viviendas rusticas, las viviendas construidas se agrupan en dos renglones. Las 10 mil 655 fabricadas por el régimen y las 11 mil 172 construidas por la población.
En los últimos 20 años, el 2006 posee el récord de construcción, con un total de 111 mil 373 viviendas. Pero el informe estadístico del 2016 revela que desde allí en adelante sólo ha habido descenso.
Razones
Personal involucrado en la venta de materiales adjudican la cifra al “desabastecimiento y la irregularidad en el surtido de materiales en los rastros”.
“Yo tengo más de diez años trabajando en el sector de la construcción. No puedo negar que en los últimos años es cuando más surtidos han estados los rastros. Pero cuando no falta una cosa, falta la otra, nunca está todo completo”, explica el joven administrador que no quiso ofrecer su identidad por seguridad.
Esta irregularidad provoca, inequívocamente, el desespero entre la población. Todos intentan terminar de construir sus viviendas. La mayoría acude al soborno de administradores y trabajadores de los ratros. Necesitan que les separaren los materiales antes de ponerlos a la venta.
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“Aquí se ve de todo. Desde la abuelita que solo quiere comprar unas cabillas para que le terminen una construcción. Hasta el negociante que quiere separar una carga completa para el después revender”, asegura el administrador.
Sin acceso
Marisol Marcos, una santiaguera que vive en el municipio Arroyo Naranjo, aseguró que lleva más de dos años intentando terminar una casa.
“Mi hija, que vive en España, me ha enviado el dinero para poder hacer mi casita. Compramos un terreno aquí en La Habana, pero conseguir los materiales es imposible”, señala.
Comprarlos en las tiendas en CUC es imposible, los precios son astronómicos. “Voy al rastro para comprar, pero nunca hay nada. No mandan suficiente para la venta o los mismos trabajadores del rastro lo venden todo por fuera”, denuncia Marcos.
Antonio, un bodeguero retirado, contó que en los rastros todo lo que venden es criollo. “Casi todo es de mala calidad o de terminados feos. Pero por fuera siempre hay materiales. Claro que más caros. Aquí encuentra el que tiene dinero. Eso que esta revolución es del pueblo y para el pueblo es una mentira, aquí nosotros no contamos”.
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Mientras que para el cubano se ha vuelto imposible construir, el régimen anuncia varios complejos turísticos y edificios modernos a fabricarse este año. ¿Tendrán ellos fallas en los materiales?
Redacción Cubanos por el Mundo