De dictador a dictador. Miguel Díaz-canel llegó a Venezuela para afianzar los lazos con el régimen de Nicolás Maduro, aliado de la dictadura castrista, quien lo condecoró tras asumir la silla presidencial en Cuba el mes pasado. El sucesor de Raúl Castro reiteró la “incondicionalidad” de su gobierno con la dictadura del país suramericano.
“Por grandes que sean las dificultades y desafíos podrán contar con Cuba hoy y siempre. El apoyo es incondicional”, expresó Díaz-canel tras recibir una banda presidencial de ese país, puesta por el mismo Maduro. Según AFP.
Víctimas del imperio
El mandatario cubano echó mano una vez más al discurso de victimización empleado por ambos regímenes autoritarios, para achacarle a las sanciones extranjeras las terribles consecuencias sociales derivadas de la mala gestión política y económica en sus países.
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“La hipocresía de culpar a los gobiernos populares de los males que generan las políticas, las sanciones y acciones imperialistas de sometimiento, acoso, aislamiento y bloqueos.Nadie puede confundirnos con discursitos humanitarios. Casi todo lo hemos visto ya”.
Díaz-canel hizo mención a otras tácticas “imperialistas” como la reducción y ruptura de lazos diplomáticos, las resoluciones hipócritas de la OEA, coordinación para sanciones financieras, así como llamados a una sublevación militar.
Crisis
Mientras que Maduro, por su parte, reconoció la crisis económica que atraviesa el país por las “insuficiencias” de su gobierno.
“Sabemos que la tarea pendiente de nuestras revoluciones es la tarea económica, la creación de riqueza, la satisfacción de las necesidades materiales de nuestro pueblo. Hemos hablado con detalles de los errores cometidos, de las insuficiencias”, declaró.
Redacción Cubanos Por El Mundo
