Las fuerzas represivas del régimen de Daniel Ortega han cobrado las vidas de 102 personas. Las calles de Nicaragua se llenan de jóvenes autoconvocados y el presidente ordena que sean reprimidos por funcionarios y por encapuchados de la juventud sandinista, según reseña La Prensa de Nicaragua.
Con la “masacre perpetrada el miércoles 30 de mayo” se sumaron 18 muertos y 218 lesionados a la ya larga lista. El total son 102 fallecidos producto de las protestas iniciadas en abril pasado.
La cifra es arrojada por la Comisión Porras, formada por la Asamblea Nacional, que contabiliza 16 muertos. 11 en Managua, cuatro en Masaya y uno en Estelí. Por su parte, Francisco Díaz subdirector de la Policía, contabiliza sólo 15 fallecidos; pero incluye tres muertos en Chinandega que no se cuentan en la anterior lista.
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La Policía y el Ministerio de Salud coinciden con 15 muertos. Sin embargo, la Policía incluye tres muertos en Chinandega que no los reporta la Comisión Porras.
Un reciente informe del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) contabilizó por su parte, 16 fallecidos y 88 lesionados. Señala que la presente información proviene de hospitales que atendieron a las víctimas.
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Entre los asesinados está Francisco Javier Reyes Zapata, de 34 años. Hijo de un policía ubicado en el Distrito Uno. El hijo salía, a cada marcha cívica autoconvocada desde el 18 de abril. El padre también salía, pero a reprimir. La historia del que protestaba terminó el jueves en la marcha en apoyo a las Madres de Abril. La historia del padre deberá seguir.
“Mi hijo les gritaba a los policías asesinos. Esos mismos asesinos me lo quitaron. Le dieron un disparo en el ojo que le sacó los sesos. Fue un francotirador que estaba en el nuevo estadio nacional”, aseguró la madre de la víctima.
Redacción Cubanos por el Mundo