Con lo importante que es conectar a los jóvenes al deporte, en medio de crisis que los empuja al delito; y el régimen cubano clausura la Villa Panamericana, ubicado en las áreas del Hotel Panamericano, en Cojímar, La Habana. El lugar funcionaba como un gimnasio. Ahora los jóvenes entrenan en la calle, según reseña Martí Noticias.
La Villa Panamericana fue ejecutada por el pueblo cubano en 1991, cuando Cuba fue sede de los XI Juegos Panamericanos. El espacio convertido en gimnasio funcionó hasta abril. Era administrado por un cuentapropista que ofrecía entrenador y equipos.
Sus usuarios desconocen los motivos del cierre. Sospechan que se trata de los recurrentes impedimentos del régimen en contra de los cuentapropistas. El entrenador tenía alquilado el lugar de propiedad estatal, asociado al sector turístico. Y es de conocimiento público que todos los servicios que tengan que ver con el turismo, son acaparados por los funcionarios del castrismo.
Afectados
Roberto Quintín, uno de los afectados, comentó la información dada a los usuarios. “Supuestamente el contrato que tenían con las personas del hotel se venció. Y no podían extenderlo por más de tres años. Por eso decidieron cerrarlo”, señaló.
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Ahora los espacios están ociosos y los jóvenes entrenan en las calles. Se quejan de que ahora no tienen las condiciones.
“Nos sentíamos cómodos. Teníamos un entrenador que quería que esto fuera lo más saludable posible. Sin malgastar el cuerpo, sin tener tantas lesiones. Nos iba bien”, agregó.
Frank Mario Cabrera, un usuario que dejó de entrenar por las malas condiciones, aseguró: “No es justo. Hace ya casi cuatro años que estamos entrenando en este gimnasio”.
“Hay gente que no le hace mucha gracia entrenar en la calle con todo el piso lleno de tierra. Cuando nosotros hacemos las planchas, las manos se nos marcan. Sin importar eso tenemos ganas de entrenar. No vamos a parar hasta que nos den algún local”, aseguró Cabrera.
La cuna del deporte
En Cuba existe el mito de que “el deporte es un derecho del pueblo”. Sin embargo, los deportistas deben entrenar en instalaciones destruidas y sin implementos.
Como sustituto, los gimnasios privados han proliferado en los últimos años. Son un lujo que pueden pagar pocas personas en un país donde el salario no alcanza para llegar a fin de mes.
Usuarios cuentan que ahora el gimnasio está cerrado y destruyéndose por el deshuso. “Desde que nosotros dejamos de hacer ejercicios ese gimnasio no se ha utilizado para nada. El otro día tuvimos que entrar a sacar cosas que teníamos allá adentro. Vimos el tabloncillo sucio, las barras estaban todas oxidadas, el piso sucio”, lamentó Cabrera.
Redacción Cubanos por el Mundo