La montaña más alta del mundo, el Everest, acumula cada año toneladas de excremento humano que terminan congelados en sus laderas, un problema ambiental que poco se menciona por no ser quizá su aspecto más atractivo, pero que preocupa a las autoridades, quienes desde abril pasado recogieron 8,5 toneladas de basura, de las 2,3 eran excremento humano. Según Global Times.
“La limpieza a 8.000 metros sobre el nivel del mar es casi tan complicado como alcanzar la cima. Cuanto más se sube, hay menos basura doméstica y más objetos de equipo de alpinismo como cilindros de oxígeno, tanques de gasolina y tiendas de campaña”, declaró Ma Liyamu, un escalador que se unió a la labores de limpieza.
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Un grupo de 30 personas inició el mes pasado la recogida de desechos en el monte de 8.848 metros de altura, que divide la frontera entre China y Nepal. Al menos una tonelada de la basura era de equipos de alpinismo.
Alertas
La Asociación de Montañismo de Nepal ha alertado en varias ocasiones sobre las grandes cantidades de excrementos humanos que se congelan y no se descomponen en la superficie del Everest. El problema aumenta el riesgo sanitario a propagación de enfermedades debido a la acumulación de los restos.
Durante la temporada de escalada 202 alpinistas visitaron la montaña desde el Tibet y 446 lo hicieron por el lado nepalí. Desde 2015, del lado del Tíbet, se reparten a cada escalador dos bolsas de basura con capacidad para ocho kilos. Si no las llenan, tienen que pagar 100 dólares por cada kilo de basura que no recojan.
Hasta la fecha ningún escalador ha sido multado, todos han cumplido su labor, comprendiendo la importancia de preservar el lugar.
Redacción Cubanos Por El Mundo
