La reciente frase del presidente estadounidense Donald Trump: “Los adversarios pueden convertirse en amigos”, nada tiene que ver con Cuba, sino con la reunión celebrada el pasado martes con el líder norcoreano Kim Jong-un, en Singapur. Una Cumbre histórica que coincidió con el endurecimiento de la política exterior de EEUU hacia el régimen de Cuba.
“El presidente Trump ve un futuro brillante para Cuba, una vez que se libere de la corrupta ideología comunista que ha reprimido a su pueblo durante décadas”, declaró un representante del Consejo de Seguridad Nacional (NSC, por sus siglas en inglés) a El Nuevo Herald.
El traspaso de la presidencia, más no del mando, realizado por el dictador Raúl Castro a Miguel Díaz-Canel no representa para la Casa Blanca ningún avance para considerar un acercamiento o establecer nuevos acuerdos con la Isla.
“No sé de un mejor acuerdo pero nuestra política es que si los estadounidenses van a Cuba o realizan negocios con Cuba, que el dinero vaya al sector privado y no a las empresas controladas por los militares”, reiteró el vocero del NSC.
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Foco actual
La administración Trump no tiene a Cuba entre sus prioridades en la actualidad. La Casa Blanca está enfocada en las negociaciones con Corea del Norte, así como en los conflictos con sus aliados y tensiones con Irán.
Mientras que en la región, el gobierno republicano ha dado mayor relevancia a la crisis política y humanitaria en Venezuela.
Analistas cuestionan a la gestión de Trump por justificar una política más dura hacia la Isla basados en la violación a los derechos humanos, sin embargo esas preocupaciones no han sido determinantes en las negociaciones con el líder de Corea del Norte, acusado también de atroces violaciones a los derechos humanos.
Redacción Cubanos Por El Mundo