¿Cuántos cubanos podrán ver un partido de Rusia 2018 desde las gradas? Una pregunta que aflora al mirar al inmenso público que acude a cada partido del campeonato, un escenario de ensueño para cualquier mortal, donde el resto del mundo desaparece y sólo preocupa el resultado del encuentro.
Un privilegio de pocos isleños, como Andy, un cuentapropista que viaja para comprar mercancía de la zona franca de Colón, Cancún o Moscú. En esta ocasión, su viaje de ‘negocios’ a Rusia tenía doble finalidad.
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“En este viaje a Moscú vi el partido entre Alemania y México. Nunca había tenido la posibilidad de ver un juego sentado en un estadio espectacular, con el césped que parece un paño de una mesa de billar, pantallas gigantescas y una animación cinco estrellas. Aunque yo soy fans de Alemania, disfruté la victoria del Trí. Al final de la noche terminamos en un bar cerca los almacenes GUM tomando tequila El Cuervo con sal y limón”, relató feliz a Martí Noticias.
Despeje
A pesar de que la experiencia del joven comerciante sea una aspiración casi imposible para la mayoría de los cubanos, los aficionados de la Isla encuentran un despeje siguiendo los partidos por la televisión, o la manera que tengan a la mano.
Para Alfredo, vendedor de tarjetas Nauta en el Mónaco, al sur de La Habana, el Mundial es una excelente opción para escapar del estrés y la rutina.
“Con el fútbol me olvido de la escasez de comida, que no tengo dinero y que debo comprarle un par de zapatos a mi hijo para el próximo curso escolar. El fútbol atenúa las penurias cotidianas”, aseguró.
Cada vez más isleños se interesan en el futbol, durante los últimos cinco años el balompié se adueñó de las preferencias deportivas, relegando al beisbol, el deporte nacional.
Redacción Cubanos Por El Mundo
