Ketty Fresneda tiene 29 años y seis viviendo en España, es una cubana emprendedora y talentosa para el arte de cocinar, por lo que su participación en MasterChef en ese país ha sido destacada y se ha popularizado en Cuba.
Los habaneros pueden seguir el programa gracias al paquete, un compendio digital de novelas, series, películas y más que se vende en el mercado negro.
Su corte de pelo al estilo afro, una fusión hispanocubana en sus platos, un toque de mal genio, sonrisas y lágrimas, son otras características que hacen que Ketty resalte ante sus contricantes en el concurso.
Según reseña El Nuevo Herald, la joven contó sobre sus aspiraciones para abrir su propio restaurante y cómo fue su vida en Cuba hasta que se enamoró y se casó con un gallego quien la llevó a su tierra, donde dice estar viviendo sus sueños.
“Me fui a España porque me enamoré de un gallego. Nos casamos y aquí estoy viviendo el sueño español, en Pontevedra, Galicia”. Así lo contó en el último episodio del programa.
La producción del programa sorprendió a la Ketty en el episodio anterior cuando llevaron a su madre para que la visitara y la hicieron cocinar esposada a ella, por lo que se mostró bastante emocionada y no podía ocultar sus lágrimas.
Su vida
Ketty Fresneda dice que en sus ratos libres ayuda a sus suegros, que tienen un bar. La joven estudió medicina en la Isla, pero ya desde pequeña se veía que podía ser una buena cocinera, cuentan algunos de sus amigos.
“Ellas son dos ‘jimaguas’ (gemelas). La hermana se llama Katty y ella Ketty. Las Kattyketty les decíamos, porque siempre estaban junticas y les encantaba cocinar. Muchas veces compartían la comida que hacían con los muchachos del barrio”, cuenta María León, vecina suya en el Vedado.
Katty Fresneda, es casi idéntica a Ketty, por lo que en Cuba la confunden muchas veces al estar en la calle, se le quedan mirando y murmuran: “es Ketty, la de Masterchef”.
“A veces se me abalanzan y me piden selfies. Otras veces me preguntan si ya gané el programa, o por qué regresé a Cuba. Es tremendo”, dijo desde La Habana.
La concursante dice haber heredado el gusto por la cocina de la abuela:
“Las madres y las abuelas cubanas, por lo general, son las auténticas chef estrellas, que hacen magia con poco. Siempre recordaré con cariño eso que me despertó en Cuba: la pasión por cocinar”.
Su llegada a MasterChef
Ketty que cuenta que para llegar al concurso tuvo que pasar por un macrocasting donde participaron cientos de aspirantes.
Cada una de las pruebas fue superada y pasó a formar parte del grupo de 15 aspirantes finales y después de varias semanas guisando en unas pruebas no aptas para cardíacos, consiguió colarse en la recta final.
“El choque cultural ha sido, y sigue siendo, lo más duro. Los cubanos y españoles somos muy diferentes en carácter y costumbres. Tuve que madurar de golpe por este cambio con 22 años. Vivirlo fue bastante duro, marcó mucho mi personalidad para bien y para mal”, dijo la cocinera.
La joven dijo que llegó a Masterchef en busca de experiencias fuertes y agradece cada día que pasa en esas cocinas, a pesar de que lleva tres semanas alejada de los suyos, porque le “encanta aprender” de los grandes chefs.
De llegar a conquista el primer lugar, dotado con un premio de 100 mil euros, sueña con montar su propio restaurante.
“Quisiera tener la oportunidad de ir a Basque Culinary Center. Si además tengo ayuda del premio económico para abrir mi restaurante, ¡pues mejor aún!”, dijo emocionada.
Ketty no descarta la idea de volver a Cuba, pues toda su familia está allá:
“Sufro en silencio cada día por la añoranza de mis familiares y lo haré el resto de mi vida. Extraño mucho a mi abuela, a mi madre, a mi hermana y a mi tío. Hasta las peleas de hermanas se extrañan cuando una está lejos”, añadió.
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Redacción Cubanos por el Mundo
