Un regalo que marcó su vida. A Biagna Rodríguez, la adrenalina le corre por sus venas y gracias al obsequio de su tío, se convirtió en una reconocida motorista cubana dispuesta a dejarlo todo en la pista, habiendo logrado convertirse en la primera fémina en participar oficialmente en un torneo de primer nivel de esa modalidad en Cuba.
Cuando debe hablar de su pasión, no tiene miedo. Confiesa que desde muy temprana edad, corría en motos pequeñas, e inclusive en las motos “un poquito mayores” . Disfruta sentir el flash de las cámaras, como se deja ver mediante su cuenta de Instagram.
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“Comencé con nueve años. A veces entrenaba aquí cerca de mi casa y otras en la pista, aunque ya desde antes manejaba el 150 cc de mi abuelo”, declaró la pequeña en septiembre de 2017 para la prensa local cubana.
Lo que se hereda, no se hurta
Para la pequeña Biagna, el motocross no es algo nuevo. Responde a una tradición familiar que llevan consigo desde los años 70, cuando Félix, su abuelo, formó parte de la selección nacional y se alzó campeón en diversas competencias nacionales. Sus hijos, le siguieron la pista y la pequeña Biagna, su nieta, no sería la excepción.
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El amor por los circuitos que siente Biagna, pareciera también extenderse a su pequeña hermanita Brittany y ambas tendrán que mantener viva la tradición.
Redacción Cubanos por el Mundo