Elesia Torres, un niño de ocho años con parálisis cerebral y deficiencias auditivas, vive en la miseria. Un cuadro de Fidel Castro adorna la casa destruida e insalubre en la que vive desde que nació. Su padre pide ayuda al régimen, pero nunca la ha obtenido; según reseña CubaNet.
Armando Torres, padre del niño, explicó que un desde hace un año y seis meses están esperando que hagan la intervención de la casa.
“El instituto de vivienda vino tres veces y luego de eso dijeron que definitivamente iban a arreglarnos la vivienda. Pero no han vuelto a venir”, señaló.
El caso publicado en medios independientes, logró una recaudación para el niño. Se juntaron 703 euros con la contribución de varias personas. Pero al régimen no le gustó la iniciativa. Promovió una campaña de difamación para impedir que Torres recibiera la ayuda de instituciones “subversivas”.
“No lo quise aceptar porque mucha gente del gobierno me entrevistó. Vinieron, me pusieron nervioso porque yo no estoy cometiendo ningún delito, sólo estoy diciendo la verdad. Y la verdad es la que hace justicia”, confesó.
Resolución
Con el paso de los días, las necesidades que no se solventaban y la falta de ayuda, lo obligaron a aceptar el dinero. Lo utilizó en dos inversiones importantes, según comenta. Un televisor para que “se le distraiga la mente al niño y su cerebro empiece a desarrollarse”; y una máquina para hacer cotufas “para mantener al niño adecuadamente”.
Las diferentes denuncias del caso por diarios independientes hicieron molestar al régimen. Sus funcionarios le quitaron el niño con la promesa de arreglar la casa. Durante ese tiempo el niño fue ingresado tres veces al hospital pediátrico La Colonia por problemas respiratorios. Pasó cuatro meses hospitalizado.
“Al gobierno debe dolerle la situación en la que está el niño. A otra gente la ayudan, pero no sé por qué a mí no”, lamenta Torres.
Escaso
La única ayuda que recibe Torres es el excepto de las medicinas que usa el niño. Solicitó a las autoridades le ayuden con un teléfono, pero tampoco le colaboran con eso.
“Yo tengo que ir a de farmacia en farmacia para buscar el medicamento. Con el niño porque no lo puedo dejar solo y menos en la casa”, concluyó.
Redacción Cubanos por el Mundo