¿Cómo podría sentirse alguien a que usa y le saca provecho a algún objeto robado? ¿Cómo podría sentirse la víctima del robo cuando ve a su vecino usar las que eran sus pertenecías? Esa frustración, rabia e impotencia es la que siente Javier García-Bengochea. Uno de los dueños de los terrenos en Santiago de Cuba donde ahora llegan al menos siete empresas de cruceros a dejar turistas; según señala Miami Herald.
García-Bengochea asegura que esas empresas se están se están beneficiando de propiedad robada: la suya.
El neurocirujano de Jacksonville, asegura que sus primos, la familia Parreño, poseían el 82.5 por ciento de las principales terminales portuarias y depósitos en Santiago. Allí operaba la compañía La Marítima Parreño; que fue confiscada ilegalmente sin compensación por el difunto Fidel Castro en 13 de octubre de 1960.
Ahora Royal Caribbean International, Oceania Cruises, Viking Ocean Cruises y Azamara Club Cruises. Así como Holland America Line, Regent Seven Seas Cruises y Pearl Seas Cruises hacen escala en Santiago o planean pasar allí la próxima temporada; sin que eso signifique ningún cargo de conciencia.
Historia
El primo de García-Bengochea, el abogado de Wall Street Alberto Parreño que se hizo ciudadano estadounidense en 1943; poseía el 25 por ciento de la empresa familiar y presentó una demanda por sus bienes confiscados. Se dirigió a la Comisión de Liquidación Extranjera de Estados Unidos a principios de los años sesenta. Ahora, García-Bengochea asegura que el interés de su primo en la propiedad de Santiago y el del resto de su familia le fueron legados en la década de 1980.
García-Bengochea, emprendió una lucha para que se reconozcan sus derechos de propiedad en Cuba. Ha testificado ante el Congreso y su abogado ha enviado cartas de advertencia a las líneas de cruceros. Se les informa que la propiedad del puerto fue tomada sin compensación y que tiene un reclamo.
“Permitir el tráfico de estadounidenses en propiedades estadounidenses robadas, no es de nuestro interés nacional”, manifestó García-Bengochea.
A su juicio el gobierno de EE. UU. No se toma en serio la defensa de las propiedades estadounidenses contra el robo en el extranjero y eso “hace que la inversión estadounidense en todo el mundo sea menos segura”.
Publicidad negativa
Ahora, una campaña publicitaria pretende difundir su caso y el de otra familia con reclamos al puerto de La Habana. La Asamblea de la Resistencia Cubana, una coalición de derechos humanos y otros grupos de exiliados cubanos; han colocado dos grandes carteles publicitarios en las concurridas intersecciones de Miami.
“No ayudes en el robo: los muelles cubanos son propiedad robada”, dicen las vallas.
Aseguran que las vallas ubicadas en Northwest 21st Street, al este de LeJeune Road, y en la esquina de Northwest Miami Court y 13th Street; tienen como objetivo “crear conciencia sobre cómo el turismo apoya y empodera a los opresores en Cuba”.
Opiniones
Algunos exiliados que favorecen una línea más dura con respecto a Cuba, esperaban que el presidente Donald Trump presionara más. Pero el 28 de junio, el Secretario de Estado Mike Pompeo notificó al Congreso que el 1 de agosto, la administración Trump renunciaría a la provisión de demanda del Título III por otro período de seis meses.
“Veintidós años de exenciones han movido a Cuba más lejos, no más cerca de la democracia”, señaló García-Bengochea.
Pero quienes argumentan a favor de las exenciones, dicen que evitan que los tribunales estadounidenses se obstruyan con miles de demandas relacionadas con la propiedad cubana. Permitir tales pleitos, dicen, podría dañar las relaciones con los aliados de Estados Unidos. Lo toman como una posible extralimitación de la legislación estadounidense; y podría ser un gran obstáculo en la normalización de las relaciones con Cuba algún día.
Aunque una regulación de la administración Trump prohíbe a los estadounidenses hacer negocios con 180 entidades controladas por el ejército cubano; exime los aeropuertos, puertos y la Zona especial de desarrollo económico de Mariel, lo que permite que las aerolíneas estadounidenses aterricen y que los cruceros con sede en EE.UU. continúen llegando en los puertos cubanos.
Redacción Cubanos por el Mundo
