Salieron juntos de Cuba, pero en medio de su travesía a Estados Unidos tuvieron que separarse. En un punto determinado las personas a quienes les pagaron para que los llevara a la tierra de libertad, los mandaron a separar por sexo. Su mamá por ser mujer se fue en una lancha y el por ser hombre mayor de edad en otra lancha. Allí empezó su calvario.
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No llegó a tiempo al Puente Internacional I en Nuevo Laredo, México, y ya no pudo pasar. Ahora está allí enclavado por ser migrante de Cuba. Yordi un joven de 19 años, no puede ingresar a Estados Unidos, pero tampoco puede regresar a Cuba; según reseña El Mañana.
“Mi mamá tiene casi dos años que llegó a Estados Unidos, pero yo me atrasé porque en la lancha que escapamos tuvo problemas y nos separaron por hombres y mujeres. No puedo regresar a Cuba, pero tampoco me dejan llegar con mi mamá”, se lamentó el joven.
Más afectados
Yordi no es el único en esa situación. Desde hace un mes, Nuevo Laredo volvió a ser punto de esperanza para los migrantes que piden asilo político al país americano. Sin embargo, una vez que llegan se los niega y no los deja ni siquiera cruzar la línea divisora.
“La gente a veces nos dice cosas, pero ellos no viven lo que nosotros vivimos en Cuba. No es fácil salir adelante. Creí estar en libertad cuando salí de Cuba, pero la pesadilla aún no ha terminado”, comentó Yordi.
Son al menos 55 migrantes los que esperan a mitad del Puente Puerta de las Américas. Hay de varias nacionalidades: de Guatemala, Brasil, incluso de otros continentes. Autoridades americanas se instalaron a mitad de puente y solicitan a los peatones mostrar su visa. En caso de no mostrarla impiden el paso.
Y es que a pesar que desde hace un año y seis meses se eliminó la ley americana “Pies secos, pies mojados”, los cubanos continúan llegando a Nuevo Laredo e insistiendo con obtener una oportunidad.
Redacción Cubanos por el Mundo