El futbolista argentino Facundo Espíndola, quien fue formado en las ligas inferiores del club River Plate y fue arquero de Almagro, fue asesinado la madrugada del domingo a la salida de un bar en Hurlingham, en la provincia de Bueno, Argentina.
Los hechos ocurrieron durante un enfrentamiento que se extendió durante varios minutos tanto en la vereda como en medio de la calle. En el momento de mayor tensión, el exarquero quedó malherido y su atacante, identificado como otro futbolista, Alejandro Oviedo, escapó del lugar en un auto.
Gracias al relevamiento en vivo de las imágenes de las cámaras de vigilancia de la Secretaría de Seguridad de Hurlingham, la policía siguió el recorrido del Peugeot 308 blanco en el que habían escapado los sospechosos del crimen.
El vehículo fue interceptado en Vergara y Azurduy, de Villa Tesei. Sus dos ocupantes fueron oficialmente identificados como Nahuel Alejandro Oviedo Betancur, de 28 años, y Ever Augusto Brizuela Cáceres, de 26.
Espíndola, quien actualmente se encontraba sin club de fútbol, recibió una cuchillada en el tórax tras una pelea callejera a la salida de un bar y quedó tendido en la calle, informó La Nación.
Por el crimen, fue detenido otro futbolista, identificado como Alejandro Oviedo, quien es delantero del club San Telmo y ya ha estado en la cárcel, acusado de ser partícipe de un robo.
Compañeros del Club San Telmo confirmaron que Oviedo había jugado un amistoso el sábado por la tarde contra Huracán y que, incluso, había sido ovacionado por el público “quemero”, ya que había tenido un paso previo por la institución de Parque Patricios.
“Es un chico que se inició en Huracán y hace dos años estaba en San Telmo. Jugó muy bien y el año pasado sufrió una rotura de ligamentos y estuvo casi un año sin jugar. Empezó hace un mes a entrenar de nuevo y ya había vuelto a jugar”, informaron.
Antecedentes
Trascendió que Oviedo ya había estado en prisión en dos ocasiones.
La primera vez fue en 2011; ya había debutado en Primera y se había comprado su primer automovil cuando terminó en una comisaría de Villa Devoto por participar de un robo en una casa con amigos de Villa Urquiza, el barrio porteño donde creció.
Dos años después, fue acusado de golpear a una policía para robarle el arma y el chaleco, en Chacarita. Estuvo tres meses preso en el penal de Ezeiza; la condena quedó en suspenso.
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Redacción Cubanos por el Mundo
