El caracol gigante africano no se detiene. Ahora llegó a Bayamo, al oriente de Cuba, con intenciones de acabar con toda planta a su paso. Activistas medioambientales independientes realizaron una pesquisa que confirmó la presencia de la especie exótica; según reseña Diario de Cuba.
Los Guardabosques de Cuba encontraron los ejemplares de la especie mientras distribuían volantes en Holguín. Alertaban a la población sobre el riesgo para la salud pública que representa esta una de las más peligrosas especies que proliferan desde hace un tiempo en el país; y se la encontraron de frente.
Algunos vacacionistas les confirmaron que vieron a varios niños jugar con un caracol similar al mostrado en el volante. Luego el 12 de julio los activistas confirmado in situ la existencia de una abundante población de caracoles.
La proliferación no ha sido denunciada hasta ahora por las autoridades del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), en el Parque del Amor, frente al hospital Carlos Manuel de Céspedes.
“Aprovechamos el horario de la tarde para indagar en cómo llegó el caracol a la región oriental de Cuba, pero no encontramos información al respecto”, señalaron los ambientalistas.
Las autoridades sanitarias de Placetas sí hicieron pública su alarma por la proliferación del caracol, a diferencia de las bayamesas. En los últimos meses confirmaron la existencia de al menos una docena de manzanas infestadas.
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Viaje
A finales de febrero, el caracol fue reportado también en Placetas, provincia de Villa Clara. Antes había sido reportado en La Habana. La especie viajó cientos de kilómetros por los acueductos y de allí sale a lugares donde haya vegetación.
“Oficialmente el MINSAP no tiene respuesta”, ante la proliferación de una de las especies más invasivas del mundo.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), confirmó que contiene el huésped de nemátodos que causan enfermedades humanas como la meningoencefalitis y la angiostrongilosis.
Por ello algunas de las recomendaciones más frecuentes sobre el caracol africano son precisamente “no tocarlos”. Así como “evitar el contacto con la baba” y “tomarlos con guantes para luego desecharlos guantes”.
Origen
Alejandro Vázquez Perera, jefe del laboratorio de Malacología de la institución, aseguró que estudios realizados “han permitido asociar la expansión de esta especie invasiva con prácticas religiosas yoruba”.
Sin embargo, algunos santeros rechazan la imputación.
Omar, un santero de Villa Clara, informó que “hay un caracol que se emplea en santería para el aché de Obatalá, pero es cubano”. “No se come, nada más se hace una pasta y se unta en la cabeza”.
Redacción Cubanos por el Mundo