De por sí, las cifras de salud están restringidas en Cuba, mucho más las que se tratan de temas “candentes” como la violencia de género o el abuso sexual a menores. Sin embargo, esta semana el semanario oficial La Demajagua, de la provincia de Granma; se atrevió a hacer un largo reportaje sobre los abusos sexuales a los niños cubanos.
En el texto se califica el abuso sexual de menores como un asunto y de “gran preocupación”. Además, cita información de casos en esa provincia que no habían salido a la luz. La información levanta de cualquier lector el comentario: “te lo dije. No podían ocultarlo más”.
Con ese reportaje relatan el constante abuso sexual a niños, niñas y adolescentes. Destacan que los abusos ocurren en las casas más pobres, en los barrios más humildes, por familiares cercanos de las victimas que muchas veces no terminan de darse cuenta o aceptar que sus hijos están siendo abusados. Algunos padres más incompresibles los dejan ser abusados, tomando en cuenta que ellos pasaron por lo mismo y que nadie se tiene porqué enterar de eso.
Yaumara Milán Estrada, especialista de primer grado en Psiquiatría Infantil, explicó que es determinante tener percepción del riesgo. A su juicio los padres, e incluso los integrantes de los barrio-debates, deben estar alerta, “no ser confiados ni desatender a los hijos”, para poder prevenir alguno de estos hechos.
“Cuando ocurre algún hecho, procuramos atraer al menor e insertarlo en las actividades para que no se aísle y tampoco trate de atentar contra su vida. Aplicamos varias técnicas psicoterapéuticas para borrar la experiencia traumática”, explicó.
Alerta
Muchas veces no se percatan de los inusuales regalos y las públicas caricias mal sanas de los adultos; para con los niños que empiezan a aislarse y a perder su alegría.
DESTACADA: Cubano abusó sexualmente de sus dos hijastras; embarazó a una de ellas
Nidia Revé, funcionaria de los CDR en el territorio, señaló que resulta crucial identificar los hogares proclives a tener un menor victimizado.
“Este es un tema candente y de gran preocupación, por eso creemos que los y las charlas pueden sensibilizar a las personas “, señaló.
Reseñó además que el abuso no es sólo sexual, sino también físico.
“También es importante tener paciencia y no maltratarlos. Sobre todo, si son niños intranquilos, o presentan una discapacidad mental y física. La familia debe permanecer más cerca de su prole y saber dónde están, adónde van y con quiénes andan”, apuntó.
Prevención
Por su parte, María Elena Hechavarría Carralero, miembro del Secretariado provincial de la FMC, sostuvo que últimamente se ha requerido la realización de escuelas de educación familiar. En ellas se enseña a los adultos cómo percatarse cuando los niños son víctimas de un actuar inadecuado o del proceder vergonzoso.
DESTACADA: Cuba y EE.UU dialogan para hacerle frente al abuso sexual infantil
Los casos de niños y niñas abusados son evaluados por las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia (COMF). Sus especialistas asesoran a los familiares sobre cómo debe ser la conducta, el comportamiento y la atención al menor.
En cuanto a la incidencia de los casos, Caridad León Castillo, subdirectora provincial de Educación, reveló que existe un alto riesgo de violaciones o asaltos sexuales a estudiantes en camino a algunos centros educativos. Sus instituciones quedan lejos de sus casas que están en zonas intrincadas de la provincia.
“Tenemos situaciones riesgosas, porque reorientamos escuelas y hay educandos viajando solos, en horarios complejos. En la montaña recorren caminos desolados para llegar al centro escolar”, admitió la directiva.
Sin embargo, precisó, estos menores no son los más vulnerables. Los más amenazados son aquellos de los municipios urbanos, donde la familia está más desprendida.
“Hay quienes quedan muy afectados y desean suicidarse. Por eso estamos junto a ellos brindándoles apoyo”, subrayó.
Redacción Cubanos por el Mundo
