Según un reporte de la Fiscalía General del Estado en México, el cubano Luis Manuel Álvarez Adán, encontrado muerto en su celda en la prisión Cereso de Cancún; se suicidó. Luego de que especularan sobre un posible homicidio a razón de ser un posible preso político, las autoridades decidieron investigar y el resultado fue conclusivo; según reseña NotiCaribe.
El cubano habría sido encontrado suspendido con un cable alrededor del cuello en el interior de su celda y el estudio de necropsia reveló que no había indicio de forcejeo o agresión. Tampoco se encontraron pistas sobre la posible presencia de otras personas en ese espacio al momento de la muerte.
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Álvarez Adán, de 52 años, habría sufrido una fuerte depresión, reforzada por el hecho de que casi no recibía visitas. La investigación reveló además que ya se había intentado quitar la vida en tres ocasiones previas.
La necropsia precisó como causa de la muerte una asfixia por ahorcamiento; sin rasguños ni moretones en alguna parte del cuerpo que indiquen lucha o riña.
Contexto
El cubano entró a la cárcel de Cancún el 30 de diciembre de 2014, para pagar una condena por extorsión; luego de que un empresario local lo denunciara por haberle exigido dinero.
La investigación se profundiza por la sospecha de otro móvil en el hecho. Y es que Raúl Fernández León, representante de la Comisión Nacional e Internacional de Organizaciones y Confederaciones de Derechos Humanos, quien daba seguimiento al caso de Álvarez Adán, habría advirtió que podría tratarse de un homicidio.
Las dudas eran producto de que Álvarez Adán había sido denunciado por otro empresario. Luego se conoció que era Juan Vergara, exsecretario de Finanzas y Planeación de la actual administración estatal y exprecandidato a una diputación federal.
El cubano enfrentaba cuatro averiguaciones previas por privación ilegal de la libertad y amenazas, y otra por amenazas y lesiones, ambas de 2012; así como dos más por amenazas y daños en 2013.
Fernández León aseguró en su momento que tales denuncias fueron supuestamente “armadas”. Sostenía que había un presunto intento institucional por castigar a Álvarez Adán, quien se atrevió a denunciar a diferentes autoridades por extorsión, corrupción y otra serie de delitos.
El fallecido habría escapado de una delegación cubana en 1984 en España, se radicó allí. Luego en Miami, donde tuvo una hija. Ella, ya hecha una mujer, llegó a México a reclamar el cuerpo de su padre. Afirmó que desconocía que estaba en prisión.
Redacción cubanos por el Mundo