Desde hace 30 años emergió el nombre de Jakiw Palij, antiguo guardia nazi que logró vivir muy bajo perfil en el barrio Queens de Nueva York, de una investigación sobre los terribles crímenes cometidos por el nazismo en Alemania, sin embrago, la Casa Blanca dio la orden de arresto y deportación de Pilij, el pasado lunes.
El anciano de 95 años, aterrizó en un avión militar en el aeropuerto de Düsseldorf el pasado martes por la mañana. Palij llegó postrado en una camilla, barba blanca y usaba una visera.
Los medios alemanes reseñaron que Jakiw Palij fue trasladado desde el aeropuerto a un hogar de cuidado para adultos mayores.
Según reseña El País, este caso, el presidente Donald Trump se lo tomó como algo personal, pues él mismo dirigió las “extensas negociaciones diplomáticas” y el “esfuerzo de colaboración” de Alemania.
“Las instrucciones precisas y el liderazgo del presidente Donald Trump han sido clave para deportar a un antiguo guardia nazi de EE.UU.” dijo Richard Grenell, el embajador estadounidense en Berlín.
Luego de lograr la deportación, se evaluará si Palij será juzgado en Alemania como ha solicitado el máximo representante de la comunidad judía en el país Josef Schuster.
“Las autoridades competentes deben ahora examinar todas las posibilidades para llevarlo ante la justicia. Es uno de los miles de perpetradores nazis que, a pesar de sus crímenes han sido capaces después de la guerra de vivir sus vidas tranquilamente. Para los supervivientes de la shoah, esto es un hecho insoportable”. Declaró Schuster al Bild.
¿Quién es?
Palij nació en una pequeña localidad que entonces era Polonia y hoy forma parte de Ucrania.
Ninguno de esos dos países ha aceptado la entrada de Palij, que emigró a Estados Unidos en 1949.
Su avanzada edad y su estado de salud complican además la posibilidad de un proceso legal en Alemania, ya que nunca ha sido ciudadano alemán.
El deportado admitió en el pasado haber engañado a las autoridades de inmigración de Estados Unidos para poder entrar en el país.
Para ello dijo que trabajó como campesino y en una fábrica durante los años de la Segunda Guerra Mundial.
“Nunca habría recibido el visado si hubiera dicho la verdad”, argumentó cuando los funcionarios del Departamento de Justicia se presentaron en su residencia en 1993. “Todo el mundo engañaba”, dijo. Un juez le retiró la nacionalidad diez años después.
LEA TAMBIÉN: Cubanos encabezan lista de deportados en México
Redacción Cubanos por el Mundo
