La Cámara de Senadores del Congreso argentino aprobó por unanimidad la autorización para que la justicia pueda allanar tres domicilios de la ex presidenta de ese país, Cristiana Kirchner.
Incluso la propia Cristina votó a favor de los allanamientos, cuando algunos especulaban con que podría abstenerse. En la sala habían 67 senadores.
Pero, sufrió además un duro revés cuando se votó en particular sobre su pedido de condiciones para los allanamientos, entre ellos que no se filmaran los procedimientos, reseña ActualidadRT.
Hubo 47 senadores que rechazaron esa iniciativa. Sólo la acompañaron 20 legisladores.
La autorización para que el juez Claudio Bonadio lleve adelante los allanamientos deja a la ex mandataria más complicada en términos judiciales por el escándalo de los cuadernos que desnudaron un sistema de coimas multimillonarias que reinó durante 12 años.
La vicepresidenta de la Nación y titular del Senado, Gabriela Michetti, confirmó por su cuenta de Twitter que la comunicación oficial al juez Bonadio “será entregada a primera hora de la mañana” del jueves.
Dado que la votación de @senadoargentina sobre el pedido de allanamientos se produjo después de las 20 h, la comunicación al juez Bonadio -que ya firmé- será entregada a primera hora de mañana.
— Gabriela Michetti (@gabimichetti) August 23, 2018
La decisión del Senado llegó después de dos intentos de reunir quórum que fracasaron, y con un peronismo dividido y en ebullición que tuvo que acompañar la medida.
Cristina asistió a la sesión en medio de un gran operativo de seguridad. Ingresó al recinto después de que se reuniera el quórum, y horas más tarde, durante su furioso discurso de 45 minutos advirtió que será “la primera senadora allanada” de la historia argentina.
“Si algo faltaba para consagrar la persecución política y el uso del Poder Judicial era esta causa”, afirmó la ex mandataria, que dijo “no” arrepentirse de nada de lo que hizo, en relación a las imputaciones que se le realiza en la causa de los cuadernos de las coimas.
La causa de los cuadernos
El caso actual tiene en vilo a gran parte de la población argentina y los avances o retrocesos de las actuaciones judiciales ocupan la atención de los medios de comunicación.
La causa comenzó hace pocas semanas, cuando la Justicia local recibió la información sobre la aparente existencia de unos cuadernos donde durante más de diez años se habrían detallado varios artilugios de corrupción vinculados a los expresidentes Néstor y Cristina Kirchner, su entorno y varios empresarios, sobre todo aquellos dedicados a la obra pública.
Los supuestos ocho cuadernos pertenecían a Oscar Centeno, un remisero de Roberto Baratta, quien colaboraba con Julio de Vido, el ex ministro de Planificación en el Gobierno anterior.
En otras palabras, Centeno estaba en permanente contacto con altos funcionarios peronistas mientras el matrimonio Kirchner se mantuvo en la Presidencia.
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Redacción Cubanos por el Mundo