Jorge Luis Valdés, un cubano que trabajó para el narcotraficante colombiano Pablo Escobar como jefe financiero del Cartel de Medellín, describió al peligroso capo como una persona “bondadosa y buen amigo”, aunque no justificó a las cientos de personas que asesinó durante sus andanzas de terror.
En una entrevista concedida al portal Infobae, Valdés, quien ahora tiene 62 años, informó que Escobar era un hombre inteligente y se apiadaba de los más pobres.
“Pablo todo lo que fabricó no lo hizo para justificar los asesinatos, él lo hizo porque de verdad tenía pena por ese pueblo, donde era tan pobre y los niños se criaban en cajas de cartón”.
El cubano pasó a ser una pieza clave dentro de la organización criminal. Estudió contabilidad en la Universidad de Miami y trabajó en la Banca Federal de Estados Unidos.
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De acuerdo con el artículo, Valdés, con solo 20 años de edad, llegó a controlar hasta el 95 por ciento de la droga que llevaba al país norteamericano.
Explicó que si se presentaba algún problema con Escobar éste mandaba a matar al personaje y a sus hermanos, pero siempre respetó la vida de hijas y madres.
“Yo llegué a tener todo lo que quería”
Informó que en una ocasión llegó a alquilar uno de sus lujosos autos para la seria “Miami Vice”, ya que era único.
Algunos de los negocios que hizo con Escobar fue traer un embarque de 600 kilos de coca, de los cuales 200 kilos eran para Pablo, una parte para ‘El Mexicano’ y el resto fueron distribuidos entre Manuel Garcés y Valdés.
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Llegó a tener mansiones, aviones, yates, Corvettes, caballos. Compró jueces. Sobornó presidentes, en Costa Rica, Panamá, Colombia, Honduras, Guatemala. Fue el cerebro financiero del Cartel de Medellín
“La droga es una trampa, el poder no llena. Todo comienza con cruzar una línea, y luego otra, y otra. Y ya no hay vuelta atrás. No me la contaron, yo estuve allí”
Tuvo una infancia feliz en La Habana: familia culta, religiosa y acomodada. Luego, se exilió a Estados Unidos a sus 10 años escapando del régimen castrista.
Cuando Pablo cayó,y todo se vino encima, el cubano decidió darle un vuelco a su vida, aceptar sus errores, pagar por sus pecados e iniciar de nuevo.
Actualmente, vive dedicado a su familia y a las obras de resarcimiento: crearon con Sujey una fundación contra la droga, donaron durante años becas de estudio, fundaron una capilla en una cárcel de Louisiana y una casa para ancianos en Cozumel, México.
Como académico, fue asesor del Pentágono y de congresistas. Da conferencias y entrega las ganancias que obtiene a obras de prevención de la drogadependencia.
Redacción Cubanos por el Mundo
