Una pareja de Big Pine Key enfrenta 15 años de prisión federal tras haberse robado un barco ancaldo en una nahía de la zona sur de los Cayos de Florida, pero según han declarado a las autoridades, ellos creyeron que el catamarán estaba abandonado.
Según reseña El Nuevo Herald, esta semana un jurado de instrucción los acusó y encausó de dos delitos graves.
Aaron William Burmeister, de 46 años, y Ashley Ann McNeil, de 32 años, les dijeron a agentes de la Sección de Investigación del Servicios de Guardacostas, que vinieron a darse cuenta de que habían robado la nave cuando ya estaban en alta mar. Terminaron llevándoselo a Cuba.
El jueves, un jurado de instrucción de Key West encausó a los dos de un cargo de confabulación para transportar una embarcación en comercio extranjero y de transportar una embarcación en comercio extranjero. Los cargos conllevan una sentencia máxima de cinco y 10 años de cárcel, respectivamente.
“Luna de miel”
McNeil le dijo a los agentes que, tras darse cuenta de que habían robado el catamarán, decidieron seguir adelante, y considerar el viaje como una especie de “luna de miel”, de acuerdo con documentos judiciales.
La luna de miel, sin embargo, duró poco. El 30 de marzo, cuando conducía por la carretera U.S. 1, el dueño del barco, Héctor Cisneros, se percató de que la nave, llamada el Kaisosi, no estaba donde la había dejado y reportó el robo a la Policía del Condado Monroe, al Servicio Guardacostas y a la Comisión de Pesca y Conservación de Vida Silvestre de la Florida (FWC).
Después de varias publicaciones en las redes sociales, Cisneros recibió una llamada de un grupo de entusiastas del mar llamado Seven Seas Cruising Association, cuyos miembros hicieron correr la voz por todo el Caribe para saber dónde estaba el barco. Finalmente, se supo que estaba en Cuba.
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Redacción Cubanos por el Mundo