Diego Valdés, un cubano residente en Cabaiguán, Sancti Spíritus, mostró para asombro de los presentes, cubos repletos de los peligrosos caracoles gigantes africanos, que hace pocas semanas había detectado en Placetas.
Según detalla en portal oficial Escambray, los vecinos se encuentran a la caza de este molusco, llenando cubetas sin parar.
“Capturamos muchos ejemplares de todos los tamaños y llenamos dos cubetas de las de 20 litros hasta el tope, pero siguen apareciendo”
Los animales fueron quemados para evitar su propagación, pero aún así parece no estar surtiendo en efecto que se espera.
Esta especie es muy peligrosa y temida por ser portadora de parásitos que pueden causar enfermedades como la meningoencefalitis y la angiostrongyliasis abdominal, y está considerado como una de las especies invasoras más dañinas del mundo.
La concha del caracol puede llegar a medir hasta 20 centímetros de longitud y unos diez centímetros de ancho y se alimentan de hojas de plantas y residuos orgánicos del hogar.
También comen animales muertos, incluyendo a los de su especie.
Los especialistas sugieren que, en caso de entrar en contacto con este molusco, se deben lavar muy bien las manos con jabón.
También es recomendable lavar bien las frutas y los vegetales, ya que las enfermedades se transmiten al entrar en contacto con la baba del caracol.
El caracol gigante africano (Lissachatina fulica bowdich) llegó a Cuba a través de un turista nigeriano que introdujo los primeros ejemplares en la isla con el fin de ser usados en rituales religiosos.
Redacción Cubanos por el Mundo