Si bien la represión en Cuba tiene nombre y apellido, recayendo en la cúpula que gobierna la Isla desde hace 60 años, hay quienes se prestan para llegar a cabo dichas órdenes.
Cubanet revela la cara de quienes, a diestras y siniestras, ejecutan las detenciones, golpizas, mal tratos y planes macabros que se cocinan en los podridos cuerpos de seguridad del país.
“¿Quiénes son los torturadores? ¿Dónde están esos cubanos capaces de hacer daño a otras personas? Entrenados para torturar, ¿conocen la historia?”
Fidel Castro, cuando intentó justificar los fusilamientos, llamó a los represores de Batista “esbirros”. Fusiló a más de mil personas con el fin de evitar que se cometieran más “crímenes desde el poder”.
Pues bien, dicho nombre le calza muy bien a los represores castristas, quienes desde el poder, arremeten contra la disidencia.
¿Quiénes son?
La revolución cubana logró inocular en los represores una especial de personalidad sensible pero a la vez macabra, cuya persona es capaz de hacerse pasar por tu amigo, mostrando una cara de amor familiar, hasta la de un psicópata torturador capaz de arrancarte la vida de un tajo.
“Según estudios psicológicos sobre la naturaleza de los represores, no necesariamente fueron criados de forma autoritaria o abusados por los padres. Es probable que las familias de quienes hoy torturan a nombre de la revolución desconozcan que la subordinación al régimen los lleva a realizar actos monstruosos contra el ser humano”.
Las familias de dichos torturadores, apoyan a la revolución, los aúpa a que sigan construyendo el socialismo inventado de los Castro, y prefieren hacerse la vista gorda antes de aceptar que su familiar es un represor.
“Es injustificable la conducta cruel contra otro ser humano de estos individuos. Durante los años en el poder, el régimen ha creado un concepto aterrador de contrarrevolución. Quienes critican, disienten o se oponen al gobierno de forma pacífica, son catalogados como contrarrevolucionarios, y ubicados más allá de una línea de terror donde no existen derechos ciudadanos”.
Los esbirros del régimen cubano ocupan los empleos creados por el gobierno para reprimir, al estilo de la KGB rusa. El adoctrinamiento los enseña a obedecer la orden de la autoridad violenta que los incita a torturar y reprimir, y los estimula con la categoría de “hombres de confianza”.
Redacción Cubanos por el Mundo
