El huracán Willa, que recientemente se degradó a categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, tocó tierra en el estado mexicano de Sinaloa con ráfagas de viento de hasta 195 kilómetros por hora.
Según la Comisión Nacional del Agua, a las 17:45 (hora local) la muralla del huracán se encontraba a 40 kilómetros de la localidad de Escuinapa.
El huracán ha causado embates “extremadamente peligrosos”, con “olas grandes y destructivas” a lo largo de la costa del suroeste de México, en el sur de Sinaloa y Nayarit, advierte el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Animación de imagen de satélite muestra cuando el intenso #CiclónTropical #Willa, tocó tierra, aproximadamente a las 20 horas, cerca de #Isla del Bosque, a 15 km de #Escuinapa, #Sinaloa. pic.twitter.com/u5lcbfQ74u
— CONAGUA Clima (@conagua_clima) October 24, 2018
El huracán Willa se debilitó la mañana del martes a categoría 3, a 205 kilómetros al sur-suroeste de la turística ciudad mexicana de Mazatlán, en aguas del Pacífico de México, dijo el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por su sigla en inglés).
El fenómeno tocó tierra en Escuinapa, Sinaloa, en una franja de la costa del Pacífico poblada de centros turísticos, playas de surf y pueblos pesqueros, reseña El Comercio.
El huracán
Willa es uno de los huracanes más poderosos que ha alcanzado la costa occidental de México en los últimos años, y se espera que se debilite a medida que avance tierra adentro.
El centro de huracanes advirtió a los lugareños que no deberían confiarse por la “calma relativa” del ojo del huracán, debido a que los vientos podrían aumentar repentinamente.
La tormenta había alcanzado el lunes la Categoría 5 con vientos máximos sostenidos de unos 260 kilómetros por hora (kph), antes de debilitarse.
Imágenes de televisión mostraban fuertes ráfagas de viento acompañadas de lluvias torrenciales en Escuinapa, donde se presentaban cortes de energía eléctrica.
“Mi casita es de lámina, madera y cartón, y me da miedo de que se me vaya a caer encima. Ojalá que sea nada más un poco de agua, nada más” dijo Rosa María Carrillo, de 36 años, en un refugio temporal con sus cinco hijos, de entre 8 y 15 años.
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Redacción Cubanos por el Mundo