15 días lleva varado el cubano Lázaro Miguel Gutiérrez Bacallao en el Aeropuerto El Dorado, de Colombia, después de que las autoridades mexicanas rechazaran su entrada por Cancún. En un video publicado en Facebook el isleño cuanta las necesidades que está padeciendo por no tener nacionalidad ni residencia en ningún país.
“Me regresaron a Cuba (…), mi propio Gobierno no me quiso recibir y me devolvieron a Bogotá”, dijo Gutiérrez Bacallao, de Pinar del Río, en vídeo publicado en su sitio en Facebook.
“No me han dado respuesta ninguna de qué van a hacer conmigo. No tengo nacionalidad ni residencia en ningún país, solo en Cuba. Mi Gobierno no me admite en mi país, ya no sé de dónde soy”, añadió.
“Solo pido que me dejen entrar en Colombia para poder nombrar un abogado, hacer algunos trámites y ver qué puedo hacer con mi situación”, dijo.
De acuerdo con las publicaciones de Facebook, Gutiérrez Bacallao vivió seis años en Ecuador y el primero de octubre pasado decidió partir hacia Estados Unidos.
Pasó por Perú, Brasil y llegó a Cancún en un vuelo procedente de Bogotá, pero las autoridades mexicanas lo enviaron de vuelta a Colombia y las colombianas a Cuba, donde Inmigración lo declaró “No Admisible” y lo mandó otra vez a Colombia.
Gutiérrez Bacallao dijo que la razón es haber “pasado más de dos años fuera de Cuba”.
“Me informaron que en ocho años yo no tenía derecho a ser admitido en el país, cosa que no entiendo porque eso se lo hacían, por ejemplo, a los médicos, pero no es mi caso”, agregó el joven, quien dijo haber trabajado en la Isla como almacenero de la corporación CIMEX.
El cubano señaló que duerme en el suelo del Aeropuerto El Dorado. Guardias de seguridad, trabajadores del aeropuerto y de la aerolínea Avianca le han facilitado colchas, una almohada, le proporcionan comida y le permiten utilizar un baño para ducharse.
Otro caso
Yaima Millares Cuesta es una cubana que se encuentra en una situación similar, pero con el agravante de que está embarazada y tiene tres hijos de 17, ocho y cinco años de edad, quien este sábado estaba a punto de ser deportada desde Panamá a Cuba.
“Estoy tirada aquí con mis niños y no estoy bien. A Cuba no podemos regresar. Por favor, ayúdennos”, dijo Millares Cuesta en un vídeo publicado en Facebook.
Antes de llegar a Panamá, la cubana había suplicado de rodillas y llorando a las autoridades de Trinidad y Tobago, en el aeropuerto de Puerto España, que le permitieran entrar.
“Yo no quiero hacer daño, solo quiero que me ayuden”, dijo la cubana a las autoridades migratorias trinitarias que, no obstante, la enviaron a Panamá.
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Redacción Cubanos por el Mundo