Nicolás Maduro parece vivir dentro de una burbuja. Y es que el autócrata venezolano asegura que su plan económico marcha “hacia la prosperidad”, pero la realidad en la calle es totalmente distinta. El sueldo mínimo ya fue devorado por la hiperinflancion, sin embargo él asegura que “tiene locos a los gringos”.
El programa de recuperación económica tiene locos a los gringos porque saben que hemos retomado el rumbo para enfrentar los factores de perturbación (económica). Hemos dado con la clave para tener un futuro con holgura hacia la prosperidad
Maduro afirmó que él y su cúpula no acepta las sanciones estadounidenses, y seguirán avanzando con su política destructiva
Le decimos a Estados Unidos que ni con bloqueo ni con sanciones podrán. Se lo repetimos una y un millón de veces. Espero que algún día el presidente de Estados Unidos (Donald Trump) logre ver la realidad de cómo lo llevan a un callejón sin salida con la repetición de políticas fracasadas contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, contra países libres del mundo
Resulta curioso que Maduro tilde a sus aliados ideológicos de “países libres”, cuando justamente en dichas naciones se han evidenciado la mayor cantidad de presos políticos, muertes por motivos políticos y torturas a los detenidos.
Tal es el caso de Oswaldo Payá en Cuba o Fernando Albán en Venezuela. Ambos murieron en un “accidente” según las dictaduras castrochavista.
En Nicaragua por otro lado, las protestas contra el régimen de Daniel Ortega ya han cobrado la vida de más de 300 nicaragüenses.
Medidas de EE.UU.
Las nuevas sanciones impuestas por partes de Estados Unidos a Venezuela van ahora tras el oro del régimen, prohibiendo las negociaciones.
La orden ejecutiva prohíbe a todo ciudadano estadounidense comerciar con oro exportado de Venezuela, si bien el Departamento del Tesoro aseguró que no actuará contra quienes operan “legítimamente” en el sector.
El decreto acusa a Maduro de estar “saqueando” las riquezas de su país con “propósitos corruptos”.
Maduro defendió su programa económico sin mencionar el avance de la hiperinflación, que continúa imparable pasados dos meses de su aplicación.
El programa anticrisis arrancó el 20 de agosto con la puesta en circulación de nuevos billetes luego que se suprimieran cinco ceros al bolívar, además del aumento de impuestos y del salario mínimo nacional.
Las medidas no pudieron frenar el incremento de los precios, que se duplican cada dos semanas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la inflación llegaría a un millón por ciento a fines de 2018.
Redacción Cubanos por el Mundo
