“Me llevaron a mis hijos, me los arrancaron, apurate, socorro”, ese fue el último mensaje que la cubana Yaima Millares Cuesta envió a Alex Otaola para avisarle que se había llevado a sus hijos, antes de ser deportada junto a sus hijos en Panamá.
Y es funcionario aprovecharon la tranquilidad de la noche para deportar a la mujer embarazada junto a sus tres hijos. El adolescente de 17 años, intentó defender a su madre e impedir que los agentes los separan de su madre, pero terminó siendo esposado.
Todos fueron subidos a un avión de la Copa Airlines y fueron enviados a Cuba. Aunque corto fue el mensaje, la desesperación era evidente.
Yaima se encontraba varada desde hace una semana en el aeropuerto de Tocumen, Panamá. Ella pidió de rodillas a los funcionarios de inmigración que no la deportaran, que le dieran una oportunidad de quedarse.
Pasó una semana y la decisión del gobierno panameño fue tajante.
Se desconocen mayores detalles del hecho, solo que la cubana aprovechó los pocos segundos que les dieron los agentes de inmigración para alertar al mundo lo que le estaba ocurriendo.
La dama, quien llegó a Panamá procedente de Trinidad y Tobago, aseguró en su momento que en Cuba ya no le “queda nada”, pues tuvo que vender su casa y pertenencias para poder emigrar y hacer una nueva vida.
De regreso a la Isla comunista, que para ella es una prisión, el futuro de esta cubana es incierto.
Yaima con 37 años tiene seis meses de embarazo. Ella intentó establecerse en la nación antillana pero las autoridades no se confiaron de sus papeles y decidieron enviarla de regreso a Cuba.
Sin embargo, aprovechó una escala que hizo el vuelo en Panamá para quedarse y evitar regresar a la Isla, pero tras una semana de angustia no funcionó.
Redacción Cubanos por el Mundo
